La localía estuvo representada con altura por el CCPA Jazz Quintet, grupo integrado por Sebastián Ramírez (batería), Jonathan Piñero (trompeta), Paula Rodríguez (contrabajo), Alejandro Cabrera (guitarra) y Víctor Álvarez (piano).
El quinteto demostró su versatilidad a la hora de pasearse por diferentes aristas del jazz, ya que dieron un pantallazo de lo que vinieron haciendo en el año, que es homenajear a grandes representantes del género sincopado, de diferentes latitudes del mundo.
Con notable soltura y aplomo hicieron obras de Art Blakey, Clark Terry, Monty Alexander, y otros. Contaron también con la participación de dos invitados: el saxofonista Marcelo Díaz y el percusionista venezolano Javier Cedeño.
Ya con esta primera actuación el público se mostró muy eufórico, aplaudiendo espontánea y constantemente cada intervención solista de los músicos, quienes no escatimaron en casi agotar todos los recursos sonoros que pueden brindar sus instrumentos.
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El quinteto dejó el ambiente listo para el ingreso del siguiente grupo, que regresaba al país por cuarta vez: Escalandrum. El sexteto instrumental argentino, comandado por Pipi Piazzolla, presentó temas de su reciente álbum “Studio 2”, grabado en Abbey Road, como de sus anteriores trabajos. Tocaron así composiciones propias de sus integrantes, como “Misterioso”, “Momo”, “Bagualera” o “Acuático”. El cierre lo dieron con “Milonga en Re”, de Astor Piazzolla que, al decir de Pipi (nieto de Astor), es una obra no tan conocida pero “debería ser”.
El grupo se nutre de la gran fuerza expresiva que Damián Fogiel (saxo tenor), Gustavo Musso (saxos alto y soprano) y Martín Pantyrer (clarinete bajo), transmiten gracias al hábil y virtuoso manejo de dichos instrumentos; de la poderosa profundidad que Mariano Sivori extrae del contrabajo, del brillo y la emoción que Nicolás Guerschberg saca con inteligencia de las teclas negras y blancas del piano, y de la excelente y entregada ejecución de Piazzolla.
La presencia de este ensamble es hipnótica y alcanza un nivel de magnetismo instantáneo. El sonido moderno y original de Escalandrum demuestra que los territorios que se pueden descubrir con la música son infinitos. El grupo, que cumple este 2019 veinte años de trayectoria, puso así en evidencia su constante reinvención.
El baterista aprovechó para expresar su alegría por encontrarse con exalumnos y amigos, y celebró el alto nivel musical de los músicos paraguayos.
El cierre de la segunda noche estuvo a cargo de la talentosa y carismática saxofonista norteamericana Tia Fuller, quien se destacá además por haber trabajado con nombres como Esperanza Spalding, Beyoncé, Terri Lyne, entre otras artistas de renombre en la música del mundo.
Tia ofreció una puesta donde conjugó mucho lo teatral en su desenvolvimiento escénico, así como el canto, y donde primó la interacción con el público. Cual encantadora, su show se centró en su último disco “Diamond Cut”, con el que transmitió un claro mensaje de amor y aceptación.
Su chispeante alegría en conjunción con su asombrosa creatividad con el saxo, hicieron que el público caiga enamorado enseguida. Pero Fuller estuvo sorprendentemente arropada por un trío de talentosos: Mark Whitfield Jr. (batería), Andrew Renfroe (guitarra) y Corcoran Holt (contrabajo), quienes también sobresalieron con fantásticas participaciones. El público cantó, rió y se dejó conquistar por esta admirable propuesta que llegó desde los Estados Unidos.
Además, con el llamativo lleno del teatro, la creciente multitud dejó en claro que el jazz se está posicionando en el gusto popular.
El festival culmina hoy con las presentaciones de Versión Palma Loma Blues y Nico Vera, desde Paraguay; Ozma Quintet, de Francia, y Cameron Graves, desde los Estados Unidos. El evento se realizará en el Teatro Municipal (Pdte. Franco y Chile), desde las 19:00. Acceso libre y gratuito.
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