Aunque padece de ciertos problemas a la hora de unir sus piezas y entregar una conclusión coherente, es sin duda un filme entretenido, ayudado enormemente por su potente elenco.
El filme sigue a dos investigadores –Cillian Murphy y Sigourney Weaver- que se dedican a desenmascarar a supuestos mentalistas. Sin embargo, se topan con un afamado supuesto psíquico (Robert De Niro) que parece tener verdaderos poderes.
Un thriller sorprendentemente convencional, quizá demasiado para su propio bien.
