Carlos Romero, conocido como Kuko Kravitz, resulta un guía más que interesante en esta travesía, ya que aporta no solo enriquecedores datos acerca del lugar, sino una dosis de frescura y humor. También aparecen otros peculiares y simpáticos personajes del populoso barrio, que en su momento albergó a figuras como el compositor José Asunción Flores y el actor Rubén Vysokolan.

Lastimosamente, la parte técnica juega una mala pasada al material. Las imágenes desenfocadas, la diferencia de calidad entre las cámaras utilizadas y el ruido generado por el viento en los micrófonos opacan mínimamente el documental que nos muestra que en la “Chaca” no todo es delincuencia y drogadicción.

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