La Beriso apostó al rock sin excesos

En el año 2014, la revista Rolling Stone había señalado a La Beriso como “la esperanza del rock callejero” y, en la última década, no fueron pocas las veces que por su estilo musical se comparó a la agrupación con Callejeros, la banda que en 2004 había sido protagonista de la tragedia de Cromagnon.

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Sin embargo, cuando en la noche del sábado alguien del público intentó prender una bengala en el court central del Yacht, el vocalista Rolo Sartorio no dudó en parar la música. “La bengala está demás. No caguemos un show, una noche tan linda como la de hoy”, dijo contundente, insistiendo que por unos cuantos murieron 200 personas en aquel incendio. 

Esta no fue la única vez que la agrupación, que se presentó ante unas 2000 personas, aprovechó su primer encuentro con el público paraguayo para, a través de la música, crear conciencia acerca de la violencia y otros problemas sociales. “Somos una banda que apuesta a que el rock traiga a la familia, sin violencia”, enfatizó Sartorio.

Tras dos intentos fallidos, la banda compartió un cercano encuentro con el público local, repasando temas de toda su carrera y, en particular, de su último disco “Pecado capital”. Con canciones como “El éxito”, “Mañana” y “Te burlaste”, la banda puso a saltar al público presente, antes de que en “Otra noche más” se le escapen un par de pistas electrónicas al tecladista.

En “Tres mujeres y ella” aprovecharon para sentar postura sobre la violencia contra la mujer. “Que algún día se corte eso del maltrato a la mujer porque son nuestra madres, nuestras hermanas, nuestras hijas”, subrayó Rolo, quien mantuvo una interacción constante con el público, incluso invitando a varios a subir al escenario.

La banda también presentó su versión del tema de Bronco, “Corazón Duro”, ampliamente coreada por los presentes, así como la emotiva “Canción para mamá y papá”.

Con dos guitarras eléctricas, y por momentos una acústica en manos del vocalista, la banda sonó potente. En sus canciones, también tiene un gran protagonismo el teclado de Conde Kung, mientras que alternando entre percusión, el saxo y la flauta traversa, Pablo Puntoriero dio un toque de sofisticación a las canciones.

Vale destacar el potente solo de batería de Javier Pandolfi y la versión de “Estadio Azteca” del tecladista. 

Cerca del final, el público vibró con “Cómo olvidarme”, “Legui”, y “No me olvides”.

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