El certamen llega a Asia con un éxito económico y de público asegurado y una competición abierta, pese a que Nueva Zelanda siempre es el favorito.
Cuando el ovalado empiece a subir por los aires mañana en el Tokyo Stadium, con el duelo Japón-Rusia (6:45 de Paraguay), se pondrá en marcha el que puede ser el Mundial más exitoso de la historia: todas las entradas vendidas en los 12 estadios, y unos 323,5 millones de dólares en ingresos esperados, superando a Inglaterra 2015.
En espera del desarrollo deportivo y de ver si los All Blacks se llevan su tercer título consecutivo, de momento a nivel económico y de público el éxito está asegurado.
