De eso se trató el anunciado “partido del campeonato”, entre Olimpia y Libertad y cuyo resultado parece marcar una tendencia importante en la gran definición.
El arranque franjeado fue avasallante, presión bien alta a lo ancho de la zona defensiva gumarela, pero tal acoso duró lo mismo que la presencia de Santa Cruz en el campo.
Fue el primer escollo que atravesó Olimpia, ya que Montenegro entró frío, el chico López equivocaba los pases y el conjunto de Garnero perdió peligrosidad.
Y hablando de pérdidas, con el correr de los minutos, el puntero también resignó el control del balón y el campo de juego.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Era el momento de Libertad, pero la actualidad del equipo de Chamot no posee una gran estructura para generar grandes llegadas en los momentos favorables.
De hecho, Blas Cáceres, el de mejor rendimiento, abusó de lo individual en un par de acciones y de esa forma los gumarelos dejaron pasar el tren.
Una situación, esa de subirse al tren, que este Olimpia no deja pasar.
Por eso, cuando menos pesaba en el partido, un resbalón fatal del lateral Espinoza creó una oportunidad que Montenegro no iba a desaprovechar.
A la carrera y con la marca de Cardozo encima, Brian sorprendió a Martín Silva con un toque de derecha, para abrir un partido que se presentaba duro y por momentos áspero.
Fundamental, ya que el primer tiempo se iba.
Al inicio de la complementaria, Aguilar le sacó el empate a Bareiro, Chamot apostó al meterlo a Tacuara, pero en Olimpia empezaron a jugar Ale Silva, Hugo Fernández y Erik López, quien aprovechó una imprudencia de Mejía para impresionar al árbitro López con una estruendosa caída, que terminó en penal para Olimpia ante la furia liberteña.
Saltitos mediante, Ale Silva marcó el segundo que generó el gran festejo franjeado ante los incidentes por parte de los visitantes, que obligaron a interrumpir el juego.
En la reanudación y con un inmenso Ale Silva, el Decano generó varias situaciones que lo acercaron a la goleada ante un rival que ya había bajado la guardia.
Pero en pleno tiempo adicional y ante otro error arbitral, que dejó de sancionar un claro córner a favor de Olimpia, Martín Silva repuso el juego rápidamente y el Demonio Bareiro aprovechó una gran distracción defensiva para instalar el suspenso en un partido que parecía sentenciado.
Suspenso y nada más, porque el final lo encontró a Olimpia tocando el balón, despertando el “olée” por parte de su hinchada y asomando a la posibilidad de un tercer gol que no llegó por las tapadas del arquero Silva.
Olimpia nunca deja pasar el tren, lo pueden perdonar los rivales, pero este equipo tricampeón no les retribuye tal generosidad.
Hace tiempo y por varios argumentos está por encima de sus pares, como lo estuvo sobre Libertad, su principal contrincante al que dejó en la banquina y malherido.
Con números irrebatibles, una notoria madurez para capear los momentos difíciles y grandes respuestas desde el banco de suplentes, el tetra parece ser una cuestión de tiempo para seguir alimentando una era que apunta a quedarse en la historia.
@Fedearias77