Una locura

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En un fútbol en el que la mayoría de los clubes busca dar un salto de calidad, dentro de sus posibilidades, el fin de semana tuvo un par de capítulos cercanos a la ficción, poco frecuentes, indefendibles, y por sobre todo, conspirativos con el esfuerzo de los clubes.

Si el torneo local promete una gran competitividad por cuatro o cinco equipos bien armados. Si veníamos de una semana dulce en lo internacional con el gran triunfo de Guaraní ante Corinthians, con el éxito de Luqueño en Venezuela y la igualdad azulgrana en Lima, dejando la sensación que Cerro Porteño tiene todo para pasar de fase, las anormalidades entre viernes y sábado fueron un duro revés al arranque de temporada.

Una locura el insólito penal sancionado por Arnaldo Samaniego a favor de Libertad y sin revisión VAR, por absoluta negligencia de Mario Díaz de Vivar, que desde las imágenes, no rectificó la decisión de su compañero en campo.

Esto manchó y definitivamente puso en el ojo de la tormenta la implementación de la tecnología en favor del fútbol, que parece ser utilizada en forma selectiva por nuestros árbitros, algo que va en contra del bien, del protocolo y del casi año de entrenamiento que tuvieron los jueces en 2019.

Reincidente, desde aquel penal sancionado a favor de Olimpia en el Bettega en 2011, Samaniego tuvo episodios similares en las canchas de General Díaz y Guaireña, mostrando una absoluta ineptitud a la hora de determinar que acción merece la pena máxima, un mal que perdura aún hoy que tiene insignia FIFA, y el mayor problema es que quienes debieron asistirlo, no lo hicieron.

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Una locura lo hecho el sábado por Gustavo Costas en la previa de la complementaria en Dos Bocas.

En medio de las pulsaciones, el DT ubicó al sexto extranjero en cancha y echó a perder la disputa de un apasionante juego como el que estaban sosteniendo los aurinegros y franjeados.

Una pena para Costas, que está realizando un gran trabajo y su equipo entusiasma en los dos frentes a los hinchas del Indio, mostrando grandes niveles individuales y una alta intensidad colectiva, independientemente a quienes jueguen, signos de un gran compromiso con la causa.

La imagen de Costas recibiendo la noticia desde Preferencias de parte de nuestro compañero Nelson Rivera y su posterior reacción, es una secuencia que nunca vamos a olvidar, con todos los años que llevamos siguiendo al fútbol.

Después apareció la historia de Romaña, sin sustento reglamentario, con un triunfo final de los Aborígenes, que seguro servirá en lo anímico para intentar eliminar una vez más al Timão de Brasil.

Una locura lo que jugó Cerro Porteño en Itauguá, con una actuación superlativa de Colmán, Aquino y Díaz, para abrir el gran debate entre los hinchas azulgranas, sobre quienes deben conformar el equipo titular, a partir de los muy buenos rendimientos vistos desde la goleada a Sol, ratificando que el plantel de Francisco Arce goza de muy buena salud futbolística, en comparación a la temporada anterior.

Libertad no tiene la culpa de Samaniego y la omisión de quienes ocupan la cabina del VAR, así como a Olimpia no se lo puede señalar por el fatal cambio de Gustavo Costas, pero sin dudas que en un fútbol que busca dar un salto con las inversiones entre futbolistas, entrenadores y tecnología.

Una locura que se empiece a satanizar al VAR, al que le dimos con los brazos abiertos la bienvenida, pero lamentablemente quienes lo manejan desde cabina no parecen estar a la altura de esta herramienta de suma importancia, ya que tras cuatro fechas el margen de error sigue siendo casi el mismo.

@Fedearias77