Desde el “que se vayan todos” que vociferan los aficionados azulgranas al “Andate Garnero, no más Silva” que gritan los franjeados, hay varias razones que podemos analizar para llegar a una bien global.
La cosa no funciona y está muy por debajo de las expectativas que el fanático se hizo al inicio de la presente temporada.
Es muy difícil lo de Cerro Porteño, tocó fondo contra General Díaz y estuvo cerca de repetir contra Nacional, ya que de no ser por Rodrigo Muñoz la derrota se hubiese repetido. Arce probó con varios cambios y el resultado fue el mismo, un equipo sin rumbo, dormido en defensa, vulnerable en el medio y sin peso arriba.
Nacional le jugó por los costados, trianguló por dentro y buscó siempre a un Beltrán que en todo momento fue durísimo para los centrales azulgranas.
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Hoy Cerro Porteño es un equipo sin fe, con algún alarde de reacción, como aconteció en parte de la complementaria y con flojos rendimientos individuales, que conducen a una revisión permanente sobre el once a poner desde el arranque.
Para colmo, hay situaciones que se repiten en forma crónica, como las ausencias de Topo Cáceres y Amorebieta por lesiones, a las que hay que sumar la de Patiño para el choque frente a Libertad, tras su expulsión del viernes.
En estos días de contagios, no se ve en el plantel azulgrana al que patee el tablero y sirva de guía para el resto. Un ejemplo, la arenga previa al partido frente a la Academia la dio Camilo Saiz, quien usualmente no es titular, en una muestra de la carencia de liderazgo y carácter que sufre en estos momentos el conjunto de Arce, situado a siete puntos del líder Libertad.
En Olimpia, la derrota frente a Nacional y el pálido estreno copero en Ecuador, instalaron en Para Uno un ambiente de tensión en la previa del juego ante River Plate.
Si bien Garnero reservó a varios titulares, un equipo que en cancha sale con Silva, Viudez, Montenegro y Adebayor, tendría que haber impuesto condiciones y arrinconado a los dirigidos por Celso Ayala. Pero nada de eso, el juego se fue desarrollando entre imprecisiones, impaciencia de la gente y una muestra de bajo nivel, respecto a lo que nos acostumbró este mismo equipo en los últimos años en el plano local.
Cargados de nervios, con Ale Silva intentando la personal una y otra vez sin que le salga una, con Tabaré peleando contra una racha malísima en este torneo, entre aquella expulsión y esta dolorosa lesión en su retorno. Hernesto Caballero perdiendo una pelota tras otra, Adebayor picando en desventaja física a pescar alguno de los balonazos que le tiraban sus compañeros, y Alan buscando por la banda el pase que nunca le llegó.
¿Que pasó en Olimpia? , porque más allá de los nombres el juego siempre tuvo un patrón aún con grandes ausencias en el pasado.
O no recuerdan aquel momento en el que la dupla Erik López-Montenegro se cansó de hacer goles asistidos por Hugo Fernández, demostrando que quienes entraban asumían un libreto establecido y ganador.
Los pedidos de salida de Garnero suenan absolutamente exagerados, pero al mismo tiempo entendibles desde el fanatismo del hincha que tras aquella eliminación frente a Liga esperó con ansias este momento.
El hincha marcó en el calendario el debut en la Libertadores de este 2020, festejó las llegadas de Derlis, Polenta, Adebayor y Domingo. Estos cuatro apellidos de nivel internacional encendieron grandes motores de esperanza, y lo que se ve es un contraste absoluto a lo imaginado.
La merma física de Roque, la confusión futbolística de Silva y algunos errores de Aguilar, pintan el momento de las tres figuras más importantes de Olimpia el año anterior, para empezar a entender porque tanta preocupación, tantos nervios. Pero el fútbol siempre da una oportunidad y los grandes sumidos en un estado de nervios importante la tienen.
Cerro Porteño para descontar puntos a Libertad, que se despabiló y empezó a pisar fuerte.
Y Olimpia en su casa ante Defensa y Justicia, equipo que va al frente, dinámico, pero que cayó en su propia casa ante el Santos en su estreno copero.
Hay mucho que cambiar para enderezar el rumbo, pero existen esos partidos fundacionales que en 90 minutos soluciona problemas afianzan grupos y hasta procesos.
A eso van Cerro Porteño y Olimpia, cada uno en lo suyo, dentro de un ambiente cargado de nervios.
@Fedearias77