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Presente y futuro del Ciclón no tienen luz
Cerro Porteño volvió a fallar en su estadio, cayendo derrotado ante un equipo que da manotazos para salvarse del descenso. Esta ha sido la constante en el camino del Ciclón a lo largo del año, por lo que no sorprende el hecho de que a falta de tres partidos para cerrar la temporada, el equipo azulgrana esté prácticamente imposibilitado de impedir que Olimpia se consagre campeón de los dos torneos de 2018.
Perder es siempre una posibilidad en el fútbol, pero lo que exaspera a los azulgranas es lo poco que exhibe el equipo dentro de la cancha. La lentitud en los desplazamientos, los centros anunciados, los desequilibrios defensivos y los pases mal dados en las cercanías del área rival, sin poder clarificar las llegadas, son las características de este equipo cerrista, cuyo presente y futuro inmediato no tienen luz.
En un partido que Cerro tenía la obligación de ganar, no produjo ni siquiera un remate certero al arco de Bernardo Medina, salvo una pifiada del defensor, Lima, que fue en dirección a su arco y el arquero se hizo de la pelota, en el primer tiempo.
Los cambios en la segunda etapa, también fueron más beneficiosos en Luqueño que en Cerro. Apenas ingresado, Marcos Miers, avisó cabeceando la pelota al arco de Silva, pero en posición adelantada.
Momentos después, nuevamente Miers, bajó de cabeza un tiro de esquina y con la defensa cerrista desacomodada, Miguel Godoy, remató al arco definiendo un partido que nunca estuvo para Cerro.