Olimpia impone su estirpe y cara nueva

Olimpia se impuso justificadamente ayer en el clásico (2-0) sobre un Cerro Porteño que arrancó bien, pero terminó pésimamente. Además de pretender copiar el esquema de Almeida, muy mal lo hizo Matosas. Richard Sánchez y Roque Santa Cruz anotaron la diferencia.

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No cuesta mucha encontrar una explicación a por qué Olimpia ganó el clásico de ayer. Y fue porque supo imponer su estirpe y la nueva cara futbolística que tiene desde la vuelta de Almeida. Y porque el técnico de Cerro Porteño, Matosas, pretendió copiar el esquema táctico de Éver Hugo, y lo hizo muy mal; tampoco tuvo capacidad para darse cuenta a tiempo de ese grave error.

Si bien fue el Ciclón el que arrancó con más ímpetu que fútbol, no aprovechó ese momento para marcar la ventaja, y cuando el cuadro franjeado comenzó a imponer lo suyo, le fue mucho más difícil, y tuvo que resignarse a la derrota, que lo deja casi fuera de la lucha por el título del torneo.

Antes de los quince minutos de juego, la figura de Azcona fue gravitante al evitar dos veces al defensor azulgrana Victorino anotarse como goleador. Primero le sacó un remate de tiro libre, y luego otro intento con gran reacción un disparo rasante. Esto hizo despertar a los olimpistas; el protagonismo se hizo equitativo, pero el peso de Roque Santa Cruz marcaba diferencia y se complementaba con el aporte del juvenil Richard Sánchez y lo de siempre de Julián.

En un lapso de dos minutos, el arquero Silva pasó apremios seguidos con una llegada de Aquilino, por poco no fue gol, la pelota terminó en córner, y de otro tiro de esquina al hilo, Roque cabeceó, pero la pelota fue directo a Antony.

Se llegó a la segunda parte del clásico sin que Matosas corrigiera el déficit de su plan. No tardó Olimpia para tener el premio a su mejor repertorio que el rival, cuando Santa Cruz, con falta de por medio, le sacó el balón a Rodrigo Rojas y, tras asistir a Sánchez, este sacó el bombazo que fue lejos de las manos de Silva y gol de Olimpia. Esta ventaja desacomodó aun más al equipo del Ciclón, Roque creció en su fútbol y no solo Sánchez lo acompañó, sino todo el grupo. Y justamente luego de una pelota larga de Fernando Giménez a Julián, este intentó pegar la vuelta para rematar, le ganó Santa Cruz y la calidad de este terminó en el fondo del arco azulgrana.

Si el 1-0 fue un golpe del que no se pudo reponer el once de Matosas, que erró en los cambios con dos volantes al momento de necesitar generar fútbol y ataque, el 2-0 ya fue lapidario; diferencia que ubicó a un equipo más cerca del tercer gol y a otro sin repertorio para intentar por lo menos descontar y luego ir por salvar la caída.

Pasó el clásico, ganó el que impuso estirpe ganadora.

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