Otro ajustado éxito cerrista

Cerro Porteño consiguió ayer otro trabajoso triunfo de 1-0. Superó largamente a Rubio Ñu en el juego, pero el exarquero azulgrana Carlos Gamarra impidió que el marcador fuera más abultado. Jonathan Fabbro, de penal, en la primera etapa, estableció la diferencia.

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Las dos etapas tuvieron la misma temática. Un equipo de Cerro Porteño dominando casi a voluntad, pero teniendo enfrente, como último bastión ñuense, al excerrista Carlos Gamarra, quien realizó estupendas atajadas especialmente en la complementaria.

Solo Jonathan Fabbro, y de tiro libre penal, fue capaz de vulnerar la férrea resistencia de Gamarrita, anotando desde los 12 pasos sobre los 42 minutos del primer acto.

En los primeros 45’, el Ciclón fue el que marcó el ritmo y de los dos conjuntos, el que buscó el tanto inaugural con más insistencia. El arquero ñuense Carlos Gamarra, quien jugó un partido especial, por su pasado azulgrana, acalló el grito de gol en un par de ocasiones, y en ambas fue ante el chico Sergio Díaz, que ayer no tuvo la fortuna de otros partidos frente al arco rival.

La primera y la única llegada de peligro de Rubio Ñu ante el arco del debutante Álvarez se produjo al inicio del partido, cuando a los siete minutos el defensor Arnaldo Pereira cabeceó desviando un centro venido de un tiro de esquina cuando el arco estaba en blanco, después muy poco es lo que se puede rescatar del cuadro albiverde, especialmente en ofensiva.

Luego de la gran oportunidad desperdiciada por los ñuenses, Cerro le “robó” el balón al rival, pero sus avances chocaron casi siempre contra la defensa compuesta de cuatro zagueros centrales y cuando los defensores fueron superados apareció la gran figura de Carlos Gamarra, quien tuvo la virtud de estar ubicado siempre en el lugar correcto.

Luego del penal convertido por Fabbro se fue la primera etapa con la justiciera ventaja de los azulgranas.

En la complementaria el equipo ñuense intentó adelantar sus líneas, pero inquietar a Álvarez fue una tarea casi imposible.

Es que los albiverdes vinieron preparados solo para defender y pellizcar algún puntito. En el libreto del entrenador Piaggio no existió la intención de ser protagonista y cuando quisieron cambiar de guión quedó al descubierto la falta de un talentoso que pudiera cambiar el curso del partido.

Los ingresos de Roa y Godoy para darle más movilidad al traslado del esférico, el primero y mejor panorama, el segundo, fueron muy tarde. Igualmente resultó tardía la entrada de Centurión, con la intención de darle más peso a su ofensiva.

Cerro se mostró muy mejorado en su juego, con relación a su derrota de la fecha pasada en Capiatá y mira con optimismo su futuro en el torneo Clausura.

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