Estos indicios, que según especialistas paraguayos que escucharon y analizaron la exposición y las respuestas del general Silva e Luna, se relacionan con el presente y futuro del régimen de operaciones del central hidroelécrica, así como con el aprovechamiento de sus beneficios de parte de sus propietarios.
De esa premisa, alertan, que habrá sustanciales cambios en las reglas de juego en Itaipú, inclusive antes del 2023.
Estos cambios, subrayan, tienen estrecha relación con el proyecto de ley de privatización de Eletrobras, la contraparte de la ANDE en el Tratado de Itaipú, que contra viento y marea empuja el Gobierno de Jair Messias Bolsonaro.
“Se está creando el clima favorable para la capitalización de Eletrobras, que al final va a terminar siendo comprado por multinacionales y ahí está el gobierno les asegura la rentabilidad, lo que quieren los accionistas”, advirtió uno de nuestros interlocutores.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Apuntaron que una de las razones por las cuales siguen estancadas las tratativas entre ANDE y Eletrobras por la contratación de potencia en Itaipú, se relaciona en forma directa que el plan brasileño de referencia.
Es evidente que los impulsores del proyecto, así como de la futura venta de las acciones de Eletrobras, necesitan contar en sus maletines con los contratos de ANDE y Eletrobras, especialmente de la ANDE, no solo con la cantidad de potencia o energía bien definida, sino también el plazo de duración de estos contratos.
Preguntados sobre la relevancia de esta definición, cantidad y tiempo, respondieron sin titubeos que una Eletrobras totalmente privatizada, como cualquier otra empresa privada, necesitará hacer sus planes sobre ese compromiso de la ANDE.
En otras palabras, si la empresa eléctrica paraguaya dice que solo contratará 20 de un 100 posible, es lógico que la unidad de negocios de Eletrobras haga su proyección de rentabilidad sobre 80.
En lo atinente al tiempo o plazo de duración de esos contratos, apuntaron relevantes hipótesis, por ejemplo, que el actual presidente de la ANDE “medio que dio a entender” que el nuevo plazo de contratación sería de cuatro años. En tanto que en los planes brasileños, como los que divulgó la EPE (Empresas del Pesquias Eléctricas), se menciona un horizonte que se extiende casi hasta las estribaciones del 2030.
Otro cambio en las reglas itaipuanas de juego se relaciona con la unidad que comercializará Itaipú en el futuro cercano. No más potencia (KW, MW o GW), tampoco energía superior a la garantizada. En efecto, desde el 2023 –¿o antes?– la unidad dea Itaipú serán MW medios.
Quedan tres años y nueve meses para el 2023, plazo que puede acortarse dramáticamente. Los cambios señalados se traducirán en nuevas condiciones para el Paraguay. Ya no habrá excedentes, sino MWmedios, cuya irrupción se traducirá en subas de tarifa en Paraguay, etc. ¿Será que nuestros estrategas comenzaron a examinar estas posibilidades?
¿Una simple generadora?
Joaquim Silva e luna dijo a los diputados, según nuestras fuentes, que Itaipú es una simple generadora, que no se mete en la comercialización. En definitiva “un simple arreglo entre sus mandantes Eletrobras y ANDE”. Alertaba, que con eso decía que Itaipú siempre va a generar al costo, que el lucro van a tener los que llevan esa energía. Además, que en 2023 pueden cambiar las reglas, como en 2002/03 cuando inventaron la energía garantizada y no garantizada.