Al realizar un análisis de la situación financiera del ente estatal, el Ing. Juan José Encina, especialista del sector, dijo que los números “positivos” se basan en la reducción de los costos de generación, principalmente de Itaipú, en el periodo mencionado, cuando se redujo de US$ 32,74 MWh (2016) a US$ 26,16 MWh (2018).
En ese sentido, explicó que la ANDE debe contratar la “potencia adecuada a sus requerimientos” y utilizar (mayormente) la energía superior a la garantizada (que es la más barata) conforme al Acuerdo Operativo ANDE- Eletrobras, y cuyo incumplimiento le perjudicó en torno a US$ 100 millones por año entre 2015 y 2016.
Recordó que en el 2017 el consumo del Sistema Interconectado Nacional (SIN) aumentó en 4,37% y el importe facturado en 18,07%, y que durante el año 2018 la energía suministrada al sistema subió en 8,32% y el importe facturado se elevó en 12,85%.
No obstante, dijo que el incremento de las tarifas, desde marzo de 2017, le permitió a la ANDE mejorar sus finanzas. “Si se mantiene un resultado neto del ejercicio anual de la empresa en torno a US$ 80 millones (2018), se deberían revisar de vuelta las tarifas, ya que el origen del inconveniente fue la mala contratación de potencia de años anteriores, que fueron corregidas de alguna manera, y la modalidad de aplicación del Pliego de Tarifas 21 no ha cumplido varios aspectos de la propia Carta Orgánica de la ANDE”, expresó el Ing. Encina.
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Agregó que el aumento de las tarifas desde marzo de 2017 fue de entre 10% a 20% para consumos superiores a 300 kWh, y de al menos 60% para las industrias. El profesional subrayó que se debe mejorar la gestión comercial, puesto que a pesar de la variación (hacia arriba) de las tarifas, los ingresos no han acompañado el crecimiento del consumo en los años 2018 y 2019.
Alto riesgo
Cabe señalar que Itaipú “ofrece” tres tipos de energía: La garantizada, que es la más cara, dado que con ella cubre todos los costos de explotación de la central hidroeléctrica binacional. Luego están los excedentes (producto de una eventual mayor producción de las turbinas (sobre lo nominal), y la adicional a la garantizada, que surge cuando se produce una generación adicional tras haberse cubierto todos los costos fijos. La tarifa de los excedentes, así como de la energía adicional a la garantizada, orilla los US$ 6 MWh.
Sin embargo, esta dependencia de la ANDE de la energía más barata, según fuentes técnicas, le puede jugar una mala pasada, especialmente en momentos como hoy en que el río Paraná atraviesa una de las peores crisis hídricas de su historia, lo cual ha hecho inevitable la “flexibilización” del embalse de Itaipú.
Es decir, la gente de Itaipú no ha tenido una mejor opción que usar las aguas del reservorio para completar lo que falta para seguir produciendo energía. La situación es aún más preocupante por la falta de lluvias.
