El Poder Ejecutivo completó los cuatro negociadores que estarán frente a frente con sus pares brasileños, y ellos son: Antonio Rivas Palacios (Cancillería), Arnoldo Wiens (MOPC), Hugo Richer Bécker (Gabinete Presidencial) y Luis Villordo (ANDE). Estos dos últimos criticados y resistidos por haber defendido el Acta Bilateral entreguista del 24 de mayo del 2019.
–En el equipo hay dos especialistas del sector eléctrico, y dos ministros que ni siquiera son abogados, ¿acaso las negociaciones de la revisión del Anexo C no tendrán que ver más con cuestiones jurídicas que con temas netamente técnicos...
–Es muchísimo más jurídico-política que técnico. El aspecto técnico es importante como apoyo, pero (las negociaciones) básicamente serán jurídicas, porque se trata nada menos que de la modificación del Anexo C y probablemente del Tratado mismo, y eso implica una formulación netamente jurídica, aunque el Anexo también tiene que ver con bases económicas y financieras. Brasil se está preparando hace mucho tiempo para la revisión del Tratado y sus anexos. Hace rato que están con una política energética que incluye particularmente a Itaipú.
–Brasil analiza el tema exclusivamente desde el punto de vista de sus necesidades, pero no de las nuestras...
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–Claro, ellos están en su papel de defender sus intereses y eso lo vienen haciendo desde aquel Tratado de Paz y Límites de 1872 (impuesto a un país derrotado tras una guerra de exterminio) hasta ahora, dentro de una visión global de dominación.
–Nosotros necesitamos cambiar algunos artículos del Tratado, relativos a la disponibilidad, el manejo de los excedentes, etc., que Brasil probablemente va a obstaculizar...
–Hay algunas cosas en las cuales nosotros tenemos que ponernos de acuerdo de forma urgente, que Paraguay tuvo suficiente tiempo para hacer en los últimos 45 años y no lo hizo. Por ejemplo, establecer una política para el uso racional de nuestra energía de Itaipú, para aprovecharla como palanca del desarrollo.
Tanto ha sido la “desidia” que recién en el 2012 tuvimos la (primera) línea de 500 kV Hernandarias-Villa Hayes, y hace poco se hizo la de Yacyretá-Villa Hayes, más la adecuación de barras para poder aprovechar la energía que nos corresponde. Tampoco hemos invertido en distribución, por eso las industrias tienen dificultades al tratar de usar la “energía abundante” que supuestamente el país tiene, y lo que no hemos podido desarrollar nosotros nos deja en inferioridad de condiciones para negociar.
–¿Usted cree que existe la decisión política del más alto nivel del Gobierno para exigir en Itaipú nuestros derechos?
No. Lo que sí tuvimos son dos claras entregas: La primera fue el Acta Bilateral del 24 de mayo del 2019, y la segunda el acuerdo ANDE-Eletrobras, del 13 de diciembre pasado, que involucró solo la contratación de potencia, pero por cuatro años, que igualmente va a representar una pérdida anual de US$ 20 millones, y se dejó sin explicitar claramente si los acuerdos del 2007 continúan vigentes o no. Pero hemos visto que Eletrobras ha comenzado a cuestionar de vuelta su legitimidad. Mi opinión es que los brasileños ven una debilidad del presidente de la República, que representa a la Alta Parte del Paraguay, con lo cual ningún negociador podrá hacer gran cosa, porque será sobrepasado. Por otro lado, más allá del Tratado y de las normas que rigen Itaipú, en la práctica y de facto, Brasil sigue ejerciendo todo el poder en la entidad binacional.