Destacó que el trabajo realizado en la sanidad animal, coordinando esfuerzos a nivel regional y continental se han traducido en el Paraguay en mejores índices de desarrollo social y económico.
“Un país que años atrás era apenas un proveedor de carne bovina, hoy se convirtió en el sexto mayor exportador de carne y a través de la misma se generan más de 350.000 puestos de trabajo directos a nivel local, lo que equivale al 17% de la población económicamente activa”, indicó Medina.
También sostuvo que además del status sanitario, los mercados piden hoy certificaciones de sustentabilidad, una de ellas conocida como “huellas del carbono”. Enfatizó que de todas formas, además de las dos referidas exigencias, el tema sanitario y la parte ambiental, también hay que tener en cuenta la seguridad alimentaria del planeta, y resaltó en ese sentido que nuestro continente alimenta a cerca del 40% de la población mundial.
Por otra parte, el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), Dr. Hugo Idoyaga, señaló que se está trabajando en la última fase del anhelo que tienen todos los países, que es la erradicación mundial de la fiebre aftosa.
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Los antecedentes indican que Paraguay sufrió un evento de fiebre aftosa en setiembre del 2011, que causó pérdidas estimadas de US$ 1.000 millones. Unas 30.000 personas quedaron temporalmente sin empleo, además de otros impactos negativos en el esquema socioeconómico del país.
“Esa penosa situación llevó a reinventar el sistema de sanidad animal paraguayo, hoy completamente restablecido a nivel global, no solo ocupando lugar en el mercado mundial sino también en el consejo de la OIE y siendo sede de la COHEFA, instancia que ratifica la confianza de la región”, acotó.
