“Queremos darle un punto de quiebre y dejar el pasado de Enarsa atrás”, mencionaron desde el Ministerio de Energía y Minería, que conduce Juan José Aranguren. Según detallaron fuentes del Ministerio, el objetivo de esta fusión es “lograr una mayor eficiencia, fusionarla y que maneje mejor los emprendimientos energéticos que están en este momento ejecutados por el Estado Nacional y aquellos que en un futuro puedan hacerse”.
El decreto firmado por Mauricio Macri establece que, a partir de la fecha de suscripción del Acuerdo Previo de Fusión, Enarsa tendrá a su cargo la comercialización de la energía eléctrica proveniente de los aprovechamientos binacionales e interconexiones internacionales en los que el Estado Nacional le hubiese asignado esa función a Ebisa, en virtud de lo dispuesto en el Decreto Nº 616/97. Asimismo, Enarsa asumirá la participación originariamente asignada a Agua y Energía Eléctrica S.E. y más tarde transferida a Ebisa, en el Tratado de Yacyretá del 3 de diciembre de 1973.
Bajo esta nueva sociedad anónima, por ejemplo, estarán las represas de Santa Cruz, la Central Térmica de Río Turbio y también los gasoductos cordilleranos, de la costa y el del centro, que pasan por la provincia de Santa Fe.
Además, en la disposición se instruye la venta de algunos activos en poder de Enarsa, como las centrales térmicas Barragán Ensenada y Brigadier López; además de las participaciones accionarias que tiene el Estado argentino en cuatro centrales correspondientes al Foninvemem. Según estimaciones, en estas operaciones podrían recaudarse hasta US$ 1.000 millones.
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