El avance del “estrocartismo”

Este artículo tiene 5 años de antigüedad

La convención colorada del día de ayer ratificó el deseo del expresidente Horacio Cartes de mantener, como primera medida, el control total de la ANR, ya que se aprobó una modificación de estatutos que fue la excusa para pisotear un principio republicano, como es el mandato del pueblo en elecciones. Los convencionales, reunidos esta vez en modo virtual, bajaron la cabeza en señal de asentimiento a la voluntad del nuevo único líder, ampliando, contra el mandato del elector, la duración del periodo de gobierno partidario del exencuentrista y actualmente colorado Pedro Alliana. La idea detrás de este atropello a los electores colorados es asegurar que el candidato chirolita a ser designado a dedo por el líder de Honor Colorado sea el futuro candidato del Partido para las elecciones generales.

La convención colorada del día de ayer ratificó el deseo del expresidente Horacio Cartes de mantener, como primera medida, el control total de la ANR, ya que se aprobó una modificación de estatutos que fue la excusa para pisotear un principio republicano, como es el mandato del pueblo en elecciones.

Los convencionales, reunidos esta vez en modo virtual, bajaron la cabeza en señal de asentimiento a la voluntad del nuevo único líder, ampliando, contra el mandato del elector, la duración del periodo de gobierno partidario del exencuentrista y actualmente colorado Pedro Alliana.

El mismo fue elegido hace unos años por Cartes para ser candidato de Honor Colorado en las internas, despreciando al actual presidente de la República, el timorato Mario Abdo Benítez. Luego de este cachetazo, el estronista actual presidente vendió la idea de un enojo, creando un nuevo movimiento.

Distanciarse de la desgastada figura de Cartes le valió ganar la confianza del pueblo colorado, que, al votarlo como candidato para la Presidencia de la República, expresaba su molestia ante el estilo autoritario mostrado por el expresidente durante su mandato.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

Sin embargo, apenas el empresario cigarrillero amenazó a Marito con un juicio político, este se entregó totalmente, haciendo creer que había llegado a un pacto, del que supuestamente surgió el nuevo movimiento Concordia Colorada.

Esta es una cortina de humo de Marito para no quedar más debilitado aún frente a la ciudadanía. En realidad, la “Operación cicatriz” no es otra cosa que la hoja de ruta del cartismo, de Horacio Cartes en particular, para llegar al control total del Estado.

La idea detrás de este atropello a los electores colorados es asegurar que el candidato chirolita a ser designado a dedo por el líder de Honor Colorado sea el futuro candidato del Partido Colorado para las elecciones generales. Los convencionales fueron manejados por el cartismo para reemplazar al elector, atropellando todas las normas existentes en democracia. Dejaron de lado al votante colorado, no para cambiar el estatuto, sino para alterar el tiempo de duración del mandato de la Junta de Gobierno y así controlar las elecciones futuras.

Ante esto, Marito solo es un peón más, que cuidará la silla de López hasta que HC vuelva a colocar a quien quiera, suponiendo que logre su objetivo de ganar las elecciones generales, que así como están las cosas, es casi seguro. Como ya lo dijimos en otro editorial, el plan autoritario es dejar como precedente este hecho para perpetuar en los cargos a quienes ellos desean, sin someter su gestión a la voluntad popular. Este es el mismo estilo que se escucha criticar a los colorados cuando se refieren al dictador Maduro o al clan Kirchner.

El hecho sucedido ayer no es casualidad, ya que es la nueva versión del atropello ocurrido el 1 de agosto de 1987, cuando los militantes estronistas desplazaron a los líderes que tenían pensamientos disidentes al dictador, impidiéndoles incluso participar de la convención. Ese momento significó la ruptura que llevaría finalmente al golpe de Estado de 1989. Cabe recordar que uno de los protagonistas de la convención del 87 fue Mario Abdo Benítez, el padre del actual Presidente de la República, cuando era secretario privado del tirano Stroessner.

Como ya lo sostuvimos, Abdo Benítez (h) y Cartes tienen en común sus convicciones estronistas, lo que significa que no creen en la democracia, les molesta la participación de la gente, no toleran la disidencia. De ahí que el supuesto enojo de Marito cuando fue tirado a la cuneta por Cartes, era apenas un berrinche de un niño que luego decidió volver a sus orígenes, comprendiendo que no tiene la fuerza económica del expresidente, por lo cual debe aceptar sus condiciones, y está muy cómodo con ese papel secundario.

La ejecución del retorno a un sistema dictatorial está en marcha, y no se detendrá a no ser por la oposición de la ciudadanía que ha sufrido muerte, exilio y persecución con Alfredo Stroessner y los militantes. El pueblo paraguayo decente no debe tolerar la instalación de una nueva forma de autoritarismo, que aparece en el horizonte hoy, con el modelo del “estrocartismo”.