08 de abril de 2005 - 09:04
Peregrinaje a la inmortalidad
Este artículo tiene 20 años de antigüedad En el día de hoy los restos mortales de Juan Pablo II se han unido a la tierra. Su espíritu, en tanto, se ha unido imperecederamente al mundo y a todos los seres vivientes. Tras su muerte, la trascendencia de su personalidad se está percibiendo con creciente claridad. El fue la última gran individualidad del siglo XX y en los tiempos que corren la única verdaderamente grande y buena con que contaba la humanidad. El mundo pierde un guía excepcional y la Iglesia Católica, al más preclaro y ejemplar Papa de los últimos siglos. Con su inmensa tarea positiva realizada, Juan Pablo II inicia su último peregrinaje: esta vez a la inmortalidad.