FILADELFIA, Chaco (Marvin Duerksen, corresponsal). La presencia de sedimentos que llenan los pilares del puente que une Pozo Hondo con Misión La Paz (Argentina) podría ser una muestra clara de la falta de previsión en la limpieza del cauce del río Pilcomayo. Los pobladores de la zona relataron que los restos de palo bobo, principalmente, causan gran problema, porque frenan el agua.
Incluso, en la zona conocida como La Curva las aguas ya ingresaron unos 250 metros hacia el muro de Pozo Hondo, en plena temporada de aguas bajas.
La Comisión Trinacional del Pilcomayo no tiene un plan para controlar de alguna manera los sedimentos o evitar los desbordes del río. Lo que hace es monitorear, pero no prevenir, tampoco colabora efectivamente con la población afectada y los gobiernos locales de la zona, lo que es imperioso, según algunos analistas, porque el río Pilcomayo está cambiando otra vez su comportamiento.
En las riadas de este año, el Pilcomayo llegó a su nivel más alto el 6 de febrero pasado, con 7,22 metros. En la segunda crecida, el 12 de febrero, alcanzó 6,48 metros y en la tercera, el 22 de marzo, 6,09 metros, en Pozo Hondo-Misión La Paz Argentina).
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Sin embargo, no se registraron las grandes inundaciones que se temían, aunque sí hubo desbordes, principalmente en Santa Victoria Este, en el lado argentino, y una rotura del muro de Pozo Hondo, hechos que ocurrieron porque la ruta provincial argentina Nº 54 actuó como barrera para las aguas.
El integrante del Sistema de Alerta Pilcomayo (Proadapt), Luis María de la Cruz, expresó que el río está cambiando su estructura. “Hace dos ciclos de crecientes que el Pilcomayo no creció como de costumbre. Ocurrió que el recurso hídrico no ha tenido en los últimos años la energía suficiente. Esto condujo a una reducción de la profundidad de su lecho, o sea es menos profundo. Ante esta situación el río rompe las barreras laterales y se ensancha mucho más”, dijo.
Añadió que esto significa más superficies inundadas.
Desvío del río de su curso natural
El poblador de Pozo Hondo Alberto Jaime afirmó que si no se hace la limpieza a tiempo, con la primera riada, que se espera para octubre o noviembre próximos, se podría desviar el río 500 a 600 metros hacia Pozo Hondo “y el puente va a quedar afuera, hacia el sur”, indicó.
Añadió que la Gobernación de Boquerón está al tanto de la situación, incluso tiene una máquina anfibia en Pozo Hondo, que funciona bien, para iniciar los trabajos. “Pero no viene nadie”, dijo.
Por su parte, el gobernador Darío Medina (ANR) señaló que se está coordinando con el director del Pilcomayo los trabajos a realizar y el objetivo es involucrar a autoridades locales.