Los dispositivos fueron recientemente colocados sobre la calle Curupayty y sobre una corta arteria que conecta con la vía Mariscal López.
Los conductores afirmaron que los reductores no son visibles ni de día ni de noche, por lo que representan un peligro para automovilistas y motociclistas.
Los hermanos Alcides “Karpin” y Emilio Alonzo pintaron las lomadas con tintas normales para disminuir el riesgo. Según afirmaron, los conductores que circulan a gran velocidad por la calle Curupayty para continuar por la calle Mariscal López corren peligro de sufrir accidentes.
También los conductores que circulan de hacia Mariscal López con dirección a Curupayty podrían ser víctimas de percances, explicaron.
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Vecinos del lugar manifestaron que en uno de los costados de la angosta calle y con una pronunciada curva deben se instaladas barandas de protección, ya que en la zona se encuentra una enorme zanja.
Mílner Osvaldo Rojas Feris relató que hace unos días viajaba a bordo de su automóvil y cuando ingresaba a Curupayty desde Mariscal López su vehículo estuvo a punto que caer a la zanja, ya que al atravesar la lomada hizo un salto. Añadió que afortunadamente fue solo un susto.
El intendente Jorge Urbieta (ANR) dijo que la empresa Heisecke SA se encargará de pintar la lomada. Prometió que también se construirán las barandas de protección que está reclamando la ciudadanía.
