Se trata de un Antónov AN-124, de procedencia ucraniana, con capacidad de despegar con hasta 405 toneladas (entre peso del avión, carga y combustible). Fue diseñado para transportar carga militar de hasta 150 toneladas. Esta serie entró en servicio desde 1982 hasta 1988 y fue la aeronave más grande del mundo.
La nave que aterrizó en el aeropuerto Guaraní transportaba 18 expertos en extinción de incendios y equipos destinados a sofocar el fuego de un yacimiento petrolífero, situado en la ciudad argentina de Neuquén, según informó a través de un comunicado Lorenzo Orué Acosta, director de Comunicaciones de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac).
Orué consideró que el aterrizaje del avión fue debido a que la terminal aérea ofrece todas las condiciones de seguridad, acorde a los estándares de seguridad de la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), para las operaciones de aeronaves de gran envergadura.
