Este francés de 40 años despegó hacia las 08:15 (02:15 hora paraguaya) a bordo de su tabla voladora desde la playa de Sangatte, en el norte de Francia, en medio de un ruido ensordecedor y bajo la mirada de cientos de curiosos.
Vestido de negro, con arnés y casco, despegó rumbo a la bahía de St Margaret, en el sur de Inglaterra, donde aterrizó 22 minutos más tarde, tras sobrevolar el Canal a entre 15 y 20 metros de altura, convirtiéndose en el primer hombre en cruzar el Canal de la Mancha a bordo de una tabla voladora.
Durante la travesía, se posó durante unos momentos en un barco, en aguas francesas, para cambiarse la mochila, en la que llevaba el queroseno necesario para que su aparato funcionara.
EL aterrizaje en ese barco “fue complicado, se movía bastante, no logré posarme a la primera pero lo hice al segundo” intento, explicó a la prensa tras haber vuelto a Francia.
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Luego volvió a despegar hacia las costas británicas, donde aterrizó tras haber recorrido los 35 km del estrecho, de pie sobre su máquina voladora dotada de cinco turborreactores de aire que permiten despegar y avanzar a hasta 190 km/h, con una autonomía de unos diez minutos.
“Veía Inglaterra que se iba acercando e intenté disfrutar para no pensar en el dolor. ¡Las piernas me quemaban!”, aseguró Zapata, justo después de aterrizar, añadiendo que se trataba de un “trabajo de equipo”.
El 25 de julio, 110 años después del éxito del francés Louis Blériot, primer aviador en atravesar la Mancha, Zapata se lanzó desde el mismo lugar con su invención.
Sin embargo, pocos minutos después de entrar en aguas inglesas cayó al agua, tras golpear levemente la plataforma del barco de abastecimiento donde intentaba posarse.
Esta vez, el barco de apoyo era más grande y tenía una zona de aterrizaje más amplia.
