Estas empresas se suman a otras menores ya en proceso de venta y a la firma Eletrobras, una de las joyas del Estado, considerada la mayor empresa de generación y transmisión de energía eléctrica de América Latina, que está en proceso de privatización desde hace más de un año, cuando se calculó su valor en 6.500 millones de dólares.
Sin embargo, la privatización de Eletrobras depende de la aprobación del Congreso, según decidió la Corte Suprema debido al carácter estratégico de la empresa y a que fue creada mediante una ley, por lo que es necesario el aval parlamentario para venderla.
Las empresas declaradas “privatizables” incluye compañías del área de infraestructuras, los Correos, la Casa de la Moneda y excluye por el momento a la petrolera Petrobras.
El ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, subrayó que el objetivo del programa de privatización del Gobierno de Jair Bolsonaro es reducir a mínimos el tamaño del Estado y “permitir que la iniciativa privada y los inversores internacionales participen en la prestación de servicios a la sociedad”.
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El plan, según el ministro, “permitirá que el Estado sea mucho más eficiente en aquellas áreas que le son más exclusivas, como la seguridad y parte de la educación”. Tampoco precisó cuánto esperan recaudar ni los plazos para la aplicación de los procesos, pero aclaró que espera sea “rápido”.