Pekín prepara una serie de actos para conmemorar la creación de la República Popular China, en 1949, entre ellos un enorme desfile militar mañana.
En este contexto, Hong Kong, la excolonia británica, está sumida desde junio en su peor crisis desde 1997, cuando fue devuelta a China. Las protestas en este territorio semiautónomo denuncian la pérdida de libertades y una creciente injerencia de la dictadura comunista de Pekín en los asuntos del territorio.
Los activistas prodemocracia de Hong Kong han llamado a que se produzcan protestas “antitotalitarias” contra China en todo el mundo.
Ya se han celebrado movilizaciones de este tipo en Australia y Taiwán, y otras están previstas este domingo en América del Norte y Europa.
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En Hong Kong, se produjeron ayer las confrontaciones más intensas en las últimas semanas entre manifestantes y fuerzas de seguridad, que recurrieron al uso de gases lacrimógenos y balas de goma, mientras que los participantes en la protesta lanzaron piedras y cócteles molotov.
Las autoridades sanitarias informaron que hubo 13 heridos, uno de ellos grave.
Un periodista de la AFP vio cómo un hombre con el rostro cubierto golpeaba en repetidas ocasiones a manifestantes en el distrito de Wanchai.
No resultó posible de momento saber si se trataba de un policía infiltrado como civil, una táctica cada vez más utilizada por las fuerzas de seguridad hongkonesas.
Un estudiante de 20 años, que solamente dio su nombre de pila, Tony, portaba una bandera ucraniana, porque muchos de los manifestantes de Hong Kong más radicales dicen inspirarse de la revolución ucraniana de 2014, que acabó con la huida del presidente prorruso.
“Esperamos que si nos conectamos con diferentes partes del mundo y luchamos contra la China comunista, nuestro movimiento vencerá”, dice Tony a la AFP.