BARCELONA (AFP, EFE). Tras condenar la violencia generalizada en Barcelona y otras ciudades catalanas, el gobierno del socialista Pedro Sánchez convocó a los líderes de los principales partidos para consultar la respuesta a dar.
Sánchez, quien en días pasados evocó la posibilidad de intervenir la autonomía regional como ya ocurrió en 2017 tras la fallida secesión, “no descarta ningún escenario” y actuará con “firmeza” y “proporcionalidad”, según fuentes del Gobierno.
A la salida de su encuentro en el palacio de gobierno en Madrid, el líder del conservador Partido Popular, Pablo Casado, pidió aplicar la Ley de Seguridad Nacional, que pondría en manos del Gobierno central las competencias en materia de seguridad de la región autónoma de Cataluña.
A poco más de tres semanas de las elecciones legislativas del 10 de noviembre, las cuartas en igual número de años, Cataluña volvió al centro del debate político en España.
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Las tensiones podrían incluso impactar el Clásico entre el Real Madrid y el Barcelona del 26 de octubre, que LaLiga de fútbol pidió que se traslade de Barcelona a Madrid ante las “circunstancias excepcionales” en la región.
Grupos radicales
Contenedores ardiendo, barricadas, cargas policiales, manifestantes con la cara tapada: las imágenes de guerrilla urbana en el elegante Paseo de Gracia barcelonés la noche del martes colmaban las tapas de los diarios en España, con titulares como “Batalla campal”.
En la capital catalana, tras finalizar una manifestación. estimada en unas 40.000 personas, cientos de los más radicales, muchos con la cara tapada, permanecieron lanzando objetos contra la Policía. También hubo enfrentamientos en Girona, Tarragona o Lleida.
El lunes tuvieron lugar los primeros altercados con la Policía cuando los ultras bloquearon el aeropuerto de Barcelona, horas después de que el Tribunal Supremo anunciara las condenas a penas de prisión a nueve separatistas, entre ellos el exvicepresidente regional Oriol Junqueras.
Según el ministerio del Interior español, 51 personas fueron detenidas en los hechos violentos.
Minoría radical
El movimiento separatista, con su discurso xénofobo y radical, está conformado por partidos filomarxistas y conservadores.
Sus activistas ya recurrieron a acciones violentas como modo de acción, durante el intento de secesión de 2017.
En las últimas elecciones regionales, tras los eventos de 2017, a pesar de que los partidos opuestos a los ultranacionalistas obtuvieron más del 52% de los votos, estos últimos tuvieron más escaños, por el sistema vigente, que favorece a los reductos separatistas.
