LA PAZ (AFP, EFE). los bolivianos deciden si dan al líder indígena, Evo Morales, cinco años más para continuar sus proyectos hasta 2025, cuando Bolivia celebre el bicentenario de su independencia. O ponen fin a estos trece años en los que con sus luces y sus sombras se transformó el país.
Los últimos sondeos dan una ligera ventaja a Morales, que estaría lejos de arrasar, y varios ponen en duda que el actual presidente pueda vencer en primera vuelta, como lo hizo desde su primer triunfo en 2006.
Más de 7,3 millones de bolivianos, en el país y en el exterior, están llamados a votar hoy por alguna de las nueve formaciones que se presentan a las elecciones en Bolivia para gobernar los próximos cinco años.
La norma electoral en Bolivia da como ganador en primera vuelta al candidato que supere el 50% de los votos o cuando obtiene el 40% con 10 puntos de ventaja sobre el segundo. En caso de que no se alcancen esos porcentajes, se va a segunda vuelta entre los dos más votados.
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La segunda vuelta se realiza en el plazo de 60 días después de la primera votación. En caso de que una de las candidaturas haga conocer al órgano electoral por escrito que declina su participación para la segunda vuelta con 45 días de anticipación, el Tribunal Electoral proclamará a la otra fórmula como la ganadora.
El presidente saliente hizo campaña electoral exhibiendo los logros económicos de su gestión, que convirtieron a Bolivia en uno de los países con crecimiento sostenido en la región. Medidas como la nacionalización de los hidrocarburos en 2006 le dieron cuantiosos recursos al Estado y se la distribuyeron a sectores populares.
La oposición atacó los flancos más débiles del gobierno como el despilfarro, la corrupción, la inseguridad, el creciente tráfico de drogas y su alianza con Venezuela, Cuba e Irán.
Morales llegó al poder en 2006 con el 54% de los votos y, tras la aprobación de una nueva constitución en 2009, revalidó el cargo en elecciones en las que obtuvo un rotundo 64% de los votos para el periodo 2010-2015 y el 63% para la gestión 2015-2020.
La alianza opositora Bolivia Dice No reclamó “presión internacional” para garantizar unas elecciones transparentes el domingo en el país, ante el temor de intentos de coacciones a los votantes y de manipulaciones de votos.
Los opositores denuncian que el presidente Morales concurre a un cuarto mandato consecutivo incumpliendo el límite constitucional de dos y el resultado de un referéndum que le negó la posibilidad de volver a presentarse, aunque el Tribunal Constitucional de Bolivia determinó el derecho a la reelección indefinida y con esta base el órgano electoral autorizó la candidatura.
Entre el desencanto y las ganas de continuidad, una joven generación que ha crecido bajo el mando del presidente de Bolivia, Evo Morales, que está en el poder hace más de trece años, por primera vez hará escuchar su “voz” en las urnas.
Los jóvenes de 18 a 30 años representan el 34,2% del padrón electoral de unos 7,3 millones de bolivianos llamados a las urnas hoy.
Temor de fraude
El exmandatario Carlos Mesa (66), rival político de Evo Morales que pone en riesgo la continuidad del presidente izquierdista en el poder, teme un fraude electoral en las elecciones generales de este domingo en Bolivia, porque –asegura– el partido oficial controla “todos los órganos del Estado”.
Dijo que, de ganar la presidencia, se comprometerá a “una desideologización de las relaciones con Estados Unidos”, a “retomar el cauce democrático e iniciar un cambio en el rumbo que ha seguido el país”.
Fue presidente entre 2003-2005, sin partido que lo respaldara, situación que le complicó la gestión y lo llevó a dimitir.
