Ambas partes han reconocido las grandes dificultades que ha supuesto este encuentro, en un país donde la devastación llega al 65%.
“Yo sé que no es fácil para ustedes estar aquí juntos, en esta sala, y lo respeto”, les dijo el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, al inaugurar su primer encuentro como miembros del llamado Comité Constitucional Sirio.
Este cuerpo constituyente, que ha quedado instalado en Ginebra y está compuesto por 150 miembros –50 del Gobierno, 50 de partidos de la oposición y 50 de diversos grupos de la sociedad civil–, tendrá que aprobar las propuestas constitucionales que le presentará un comité de redacción, un órgano más reducido, de 45 miembros.
La instalación de ese grupo de deliberaciones es un avance enorme, que era algo impensable hasta hace muy poco.
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La oposición llega, como en el pasado, en una situación vulnerable, pero con la convicción de que es una oportunidad única para arrancar algunas concesiones al gobierno del presidente Bachar al Asad.
La oposición armada siria, representada por numerosas facciones y milicias, siempre fue considerada como terroristas por el gobierno de Al Asad.
El fin definitivo del conflicto en Siria es en todo caso de interés general, debido a las ramificaciones que tuvo fuera del país, a través del terrorismo internacional y de la gran cantidad de refugiados.