MONTEVIDEO (AFP, EFE). “Saludamos al presidente electo @LuisLacallePou, con quien mantendré una reunión mañana”, escribió ayer el candidato perdedor, el oficialista Daniel Martínez, en su cuenta de Twitter.
El pasado domingo, día de las elecciones, Lacalle había conseguido la ventaja en los votos, pero el oficialista prefirió esperar al conteo secundario de la justicia electoral, dado el escaso margen que los separaba.
Ayer aun no se dictaba la cuenta final oficial; pero, como ya se preveía, la diferencia a favor de Lacalle, aunque no muy amplia, se mostraba irreversible.
El presidente de la Corte Electoral, José Arocena, dijo que una vez que termine el conteo oficial, el organismo proclamará a la fórmula ganadora, previsiblemente el día de hoy.
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La victoria de Lacalle Pou pondrá fin a tres mandatos consecutivos del Frente Amplio, un periodo que desde el 2005 alternó en el poder al actual mandatario Tabaré Vázquez (socialdemócrata) y José Mujica (comunista).
Durante este segundo periodo de Vázquez, el comunismo ha ganado mucho más poder, sobre todo influenciando la política exterior uruguaya, asociando al país a regímenes como la dictadura más antigua del continente, la comunista de Cuba, o la dictadura filocomunista chavista en Venezuela.
Según el conteo inicial, Lacalle Pou obtuvo 1,168 millones de sufragios, frente a 1,139 de Martínez, una diferencia de menos de 30.000 votos que era inferior al cómputo de los denominados votos “observados” que totalizaron 35.000.
Son votos “observados” cuando los electores sufragan en locales que no les corresponden o no figuran en el padrón, pero pueden votar, anotándose como una observación esa excepcionalidad, que luego debe verificarse, para convalidar el sufragio.
Esos votos nunca han cambiado la tendencia del escrutinio general, pero técnicamente existía una remota chance de que el resultado pudiera revertirse.
El compás de espera se abrió tarde en la noche del domingo, cuando Martínez habló en su comando de campaña ante sus seguidores sin reconocer el triunfo de Lacalle Pou.
Minutos después, el candidato de la coalición opositora apareció antes los militantes de su partido y de otros partidos que apoyaron su candidatura y recriminó a su contrincante que no reconociera su derrota ante un resultado que consideró “irreversible”, como se confirmó con el conteo secundario.