WASHINGTON (EFE, AFP). Después de décadas de grandes progresos, la lucha contra el sarampión se está estancando y el número de muertes ha vuelto a aumentar en 2018, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El número total de casos estimados en 2018 ascendió a 9,76 millones, un ascenso del 28,7%, lo que confirma el fuerte resurgimiento de la enfermedad que se había detectado el año anterior.
Y, en total, 142.000 personas murieron en el mundo por esta enfermedad en 2018. La cifra es cuatro veces menor que en 2000, pero un 15% más que en 2017, y en su mayoría son niños.
Esta tendencia ha dado al traste con quince años de progresos sostenidos, que se reflejaron en una reducción del 70% de los contagios y muertes.
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“Hay una vacuna probada contra el sarampión desde hace 50 años y es un fracaso colectivo que estos brotes estén ocurriendo y aumenten los casos y las muertes, lo que ocurre porque la gente no está siendo debidamente vacunada”, señaló al presentar los datos anuales la doctora Kate O’Brien, directora de inmunización y vacunas de la OMS.
Se trata de uno de los virus más contagiosos, que puede permanecer en una habitación dos horas después de que una persona infectada haya fallecido, y que ha resurgido con epidemias en los cinco continentes desde 2018, sobre todo en ciudades o vecindarios con bajos niveles de vacunación.
Las pequeñas islas de Samoa en el Pacífico Sur actualmente luchan contra la epidemia: cuentan 62 muertes desde octubre, y casi todas de niños menores de cuatro años. Las autoridades cortaron el acceso al archipiélago y lanzaron una campaña de vacunación puerta a puerta el jueves.
En los países ricos, el sarampión mata poco o nada. Pero en la RDC, el sarampión mata el doble que el Ébola: 5.000 muertes ese año.
El virus se expande fácilmente. Israel importó un centenar de casos de otras partes, como Filipinas y Ucrania. Desde allí, algunos viajeros infectados transmitieron la enfermedad en los barrios judíos de Nueva York y contribuyeron a la epidemia más grande en Estados Unidos desde 1992.
Grupos “antivacunas”
Algunos rebrotes “tienen su origen en la percepción pública sobre las vacunas, en dudas sobre su seguridad”, señaló la experta en referencia a movimientos “antivacunas” que, declaró, deben combatirse con claros mensajes sobre la importancia y la fiabilidad de las campañas de inmunización.
En este sentido, O’Brien citó el ejemplo de Samoa, país donde las campañas antivacunas hicieron que hubiera un bajísimo nivel de inmunización entre los niños pequeños (en torno al 30 %), lo que facilitó la extensión de un brote con 4.000 casos que ha causado 53 muertos, en su mayoría menores de edad.
Los antivacunas utilizaron un error médico que provocó la muerte de dos niños en esa isla (las enfermeras mezclaron de forma negligente los anticuerpos con un relajante muscular caducado) para sembrar dudas en la población, lo que contribuyó al brote actual, alarmante para un país de menos de 200.000 habitantes.
El sarampión puede prevenirse con dos dosis de la vacuna específica durante la infancia, aunque muchos niños sólo reciben la primera.
