Todos los pasajeros y miembros de la tripulación abandonaron la nave ilesos. Pese a la tensión, ninguno requirió asistencia especial, según los servicios de emergencia del aeropuerto. Cada uno de los ocupantes se reunió con sus familiares que acudieron hasta el aeropuerto.
El Boeing 767-300 había despegado de la capital madrileña rumbo a Toronto (Canadá) y, tras detectar problemas técnicos, decidió volver a Barajas tal y como dicta el correspondiente protocolo.
Autoridades de Air Canada explicaron que el avión “tuvo un problema de motor poco después del despegue” , y se le reventó en ese mismo momento uno de los diez neumáticos que tiene el modelo.
El Ministerio de Transporte español abrió una investigación para aclarar todo lo ocurrido.
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El aeropuerto madrileño ya sufrió un primer incidente ayer y cuando tuvo que suspender operaciones temporalmente por la presunta presencia de drones. Un total de 26 vuelos tuvieron que ser desviados.