La retracción en el primer trimestre abortó el proceso de recuperación que el país intentaba desde 2017.
La economía comenzó a recuperarse en 2017, pero venía creciendo muy lentamente: 1,3% en 2017, 1,3% en 2018 y 1,1% en 2019.
Con la pandemia el Gobierno revisó sus proyecciones y ahora espera una retracción del 4,7% en 2020, un índice optimista con respecto a la caída del 5,89% que esperan los economistas. Con esos pronósticos, Brasil sufrirá en 2020 la mayor recesión en su historia.
Según los datos publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas, el Producto Interior Bruto (PIB) de la mayor economía sudamericana se contrajo 1,5% en el primer trimestre en relación a los últimos tres meses del año pasado -su mayor caída en esta comparación desde el segundo trimestre de 2015- y un 0,3% frente al mismo período de 2019.
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La retracción hasta marzo, sin embargo, aún no refleja totalmente los efectos de la pandemia, ya que las primeras medidas de paralización de actividades en Brasil fueron adoptadas en la segunda quincena de marzo, por lo que los analistas prevén que la crisis será medida con más precisión en el segundo trimestre y que el país terminará el año con una caída del PIB de cerca del 5%.
El Gobierno igualmente prevé una retracción económica muy superior en el segundo trimestre, con lo que el país entraría técnicamente en recesión, y una muy lenta recuperación con consecuencias nefastas para la población con el aumento del desempleo y la quiebra de las empresas.
