En el documento, que será enviado a la Fiscalía, el organismo aprecia “fuertes indicios de corrupción pasiva y lavado de dinero” por parte de Maia, del partido de centroderecha Demócratas (DEM) y reelegido presidente de la Cámara baja brasileña el 2 de febrero.
Según el informe policial citado por Globo, el diputado defendió supuestamente los intereses de la constructora brasileña en la Cámara Baja entre 2013 y 2014 a cambio de un soborno de unos 320.000 dólares para financiar sus campañas electorales.
El dinero habría sido ingresado oficialmente en la campaña electoral de su padre, César Maia, en una maniobra para ocultar el verdadero origen del pago ilícito, según divulgó la referida cadena.
La investigación surgió a partir de un intercambio de mensajes telefónicos entre el expresidente de OAS Leo Pinheiro, implicado en la trama de corrupción destapada en la petrolera estatal Petrobras, y el actual jefe de los diputados.
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No hay dudas
Para la Policía Federal, “no restan dudas de la actuación clara, constante y directa” de Maia en la defensa de los intereses de OAS en la Cámara de Diputados, donde presentó una medida legislativa a fin de definir nuevas reglas en beneficio de la compañía.
Maia negó los hechos y afirmó que a lo largo de sus cinco periodos como diputado federal siempre votó de acuerdo con la orientación de su bancada, parte de la base oficialista del presidente Michel Temer, o de su propia consciencia.
El nombre del diputado aparece también en una de las delaciones premiadas con la Justicia de exdirectivos de la constructora Odebrecht, la mayor del país, según filtraron medios locales. El testimonio del exvicepresidente de Relaciones Institucionales de Odebrecht Claudio Melo Filho dice que la constructora pidió “apoyo” a Maia para la tramitación de una ley y que este le solicitó a cambio “una contribución” para la campaña electoral a la Alcaldía de Río de Janeiro en 2012.
Elevada corrupción y cárcel
El antecesor de Rodrigo Maia en la presidencia de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, había sido destituido en julio pasado por asuntos de corrupción que le han llevado a la cárcel. Fue procesado al ser acusado de acumular sumas millonarias procedentes de comisiones ilegales, como en el caso de desvíos en la Petrobras, conocido como Lava Jato.
El gusto por la ostentación de Cunha, y especialmente de su mujer, la periodista Claudia Cruz, facilitó la labor de la Policía, que se ayudó de las fotos que la esposa colgaba en las redes sociales para seguir el rastro de sus cuentas en el exterior. Ella gastó más de un millón de dólares en compras de joyas, ropa, calzado y bolsos de marcas caras, con los que posaba para “postear” en su Facebook.
Cunha durante meses encabezó la lista de “millonarios” del Lava Jato, pero fue desplazado por el exgobernador de Río de Janeiro Sergio Cabral, acusado del esconder unos 100 millones de dólares en cuentas en el exterior procedentes de comisiones y fondos públicos que eran para la mejora de las favelas de la ciudad, entre otros. Está preso.