MADRID (EFE). El presidente de Gobierno y candidato del PP (centroderecha), Mariano Rajoy, dedicó el día a su familia; al igual que el líder del emergente Ciudadanos, Albert Rivera (liberales).
El socialista Pedro Sánchez y el líder de Podemos (izquierda), Pablo Iglesias, ocuparon su jornada previa a las votaciones a ir al cine para ver la última entrega de Star Wars.
Los candidatos tomaron aire con estos planes para el incierto escenario que saldrá hoy de las 210.000 urnas electorales repartidas por España, en una jornada que previsiblemente no se cerrará con un claro ganador.
Aunque las encuestas oficiales apuestan por el Partido Popular (en el poder) como la lista más votada, es muy probable que necesite el apoyo de otra formación para formar gobierno.
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En segunda posición se encuentra el socialista PSOE, seguido de cerca por el emergente Ciudadanos, y en cuarta posición, Podemos, el partido nuevo, nacido de los indignados del 15-M.
PP y PSOE –que se alternan en el poder desde 1982–, asisten con cierto desconcierto a esta cita electoral sin pronóstico claro, generado por el auge de las dos nuevas formaciones que han sabido capitalizar el descontento de los “viejos partidos”.
Las elecciones regionales y municipales de mayo ya supusieron un ensayo general del evento de hoy: el PP ganó en número de votos, pero el partido recibió un duro golpe y perdió municipios y regiones claves, como la ciudad de Madrid.
Dado que en España no es previsible una “gran coalición” al estilo alemán entre PP y PSOE, las hipótesis de un posible pacto se inclinan porque el PP arregle un acuerdo con alguno de los emergentes.
La alianza más previsible sería con Ciudadanos, ya que Podemos se encuentra en las antípodas ideológicas del PP; y aunque Albert Rivera ha dicho que no apoyará un gobierno del PP, no se cierra a abstenerse para “facilitar” un gobierno.
El alto número de indecisos es lo que genera más expectativas entre los candidatos.
