Lula sufre nueva derrota judicial que lo aleja de candidatura presidencial

El expresidente Lula da Silva (2003-2010), condenado a 12 años de prisión y que aspira a volver a gobernar el Brasil, sufrió una nueva derrota judicial después de que sus recursos fueran negados por un Tribunal de segunda instancia. Ahora, deberá aguardar la decisión del Supremo para saber si irá a la cárcel o seguirá apelando en libertad la causa que se le sigue por corrupción en el marco de las investigaciones de “Lava Jato”.

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SÃO PAULO (EFE). A pesar de estar cercado por la justicia, el exmandatario ha alzado la bandera de candidato del PT para las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre, aunque la Justicia Electoral podría frenar sus aspiraciones debido a que existen normas que impiden que un condenado en segunda instancia pueda optar a cargos públicos.

Los tres magistrados del Tribunal Regional Federal de Porto Alegre desestimaron por unanimidad los recursos de la defensa del exmandatario, lo que deja a Lula a un paso de la cárcel.

En su sentencia, dictada en enero pasado, ese Tribunal determinó que el exlíder sindical fuese preso para cumplir la pena una vez se agotasen las apelaciones en esa corte, aunque la defensa busca nuevos mecanismos judiciales en ese tribunal para posponer la decisión.

Además, la pasada semana, el Supremo “blindó” a Lula de la prisión hasta el próximo 4 de abril, cuando la máxima corte del país tiene previsto analizar un “hábeas corpus” preventivo presentado por los abogados del expresidente. Si es aceptado por la Corte Suprema, Lula podrá agotar los recursos en libertad, pero si es rechazado, deberá apelar ante instancias superiores entre rejas.

El líder del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) fue condenado en primera instancia por el juez Sergio Moro a 9 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero, pero la pena fue ampliada a doce años por el Tribunal de Porto Alegre.

Lula fue hallado culpable de recibir 2,25 millones de reales (unos US$ 700 mil) en sobornos de parte la constructora OAS, que se habrían materializado en la reserva y reforma de un apartamento de lujo en una playa del estado de São Paulo. 

Tras el fallo, la defensa del expresidente entró con un recurso conocido como “embargo de declaración, con el que se solicita un esclarecimiento de la decisión judicial, pero que no puede modificar el contenido de la sentencia.

La situación de Lula es complicada, soporta otras ocho causas, la mayoría de por presunta corrupción, pero aún así espera un golpe de efecto en el Supremo para librarse de la cárcel.

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