Conocido como un ministro implacable y tenaz investigador, Zavascki tenía en sus manos documentos y grabaciones de las confesiones de los ejecutivos de la empresa Odebrecht, firma vinculada en la megatrama de corrupción y fraude en la estatal Petrobras, y que pasó a conocerse como “delación del fin del mundo” por el impacto que tendría en las altas esferas de la política y del empresariado de Brasil.
Debía entregar la homologación de estas confesiones en febrero próximo, y cuyo contenido iba hacerse público.
El juez Sergio Moro, que encabeza la investigación del “Lava Jato”, dijo que estaba “conmocionado” por la muerte de Zavascki. Comentó que “sin él ‘Lava Jato’ no habría existido”.
Según las normas de la Corte Suprema, los casos de Zavascki normalmente deberían pasar a su reemplazante, que tiene que ser nombrado por el presidente Michel Temer, pese a que pueden hacerse excepciones.
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