Un día después de que Samsung presentara oficialmente su reloj inteligente “Galaxy Gear”, los comentarios positivos como “pequeña joya”, “genial” o “este es mi regalo de Navidad” se sucedían en Twitter, pero también las críticas: “muy grande, inútil, diseño nada elegante”.
Conectado al último smartphone de la compañía coreana por Bluetooth, este reloj de 74 gramos con una pantalla de 4 centímetros avisa de la llegada de un email o de las notificaciones en las redes sociales, permite escuchar música, hacer fotos, dictar SMS y realizar llamadas. En resumen, igual que un smartphone.
