La secretaria de Estado se trasladó a la ciudad de Pedro Juan Caballero, capital del departamento del Amambay, acompañado por el comandante de la Policía, Francisco Resquín, y de sus principales asesores. El primer encuentro con las principales autoridades de la región fue en la sede de la Asociación Rural, a puertas cerradas.
Luego la ministra Pérez se trasladó a la cárcel regional, donde verificó junto con los integrantes de la comitiva el pabellón B, de donde el pasado 19 de enero se fugaron los 76 miembros de la organización criminal brasileña (PCC), a través de un túnel cavado desde el sanitario de la celda número 13 y que sale detrás del muro, a 20 pasos de uno de los puestos de control instalado sobre la muralla de piedra, ubicada hacia la calle Naciones Unidas y el asentamiento Santa Ana, donde meses atrás ya se había descubierto otro túnel para liberar a los reos.
Hasta el momento solo diez maleantes evadidos, los últimos en la escala de importancia en la organización criminal fueron recapturados (ver fotos individuales en esta página) y 32 funcionarios de la cárcel regional incluyendo al director Christian González están detenidos y procesados por liberación de presos y asociación criminal por el Ministerio Público.
Sin embargo, estos 32 son solo integrantes del grupo de guardia en cuyo turno ocurrió la gran fuga; sin embargo, los preparativos, la excavación, la acumulación de bolsas repletas de arena en dos celdas, el corredor manchado con el barro, tampoco pudo haber pasado desapercibido para los otros guardiacárceles que estaban de guardia los días previos, según explicaron fuentes oficiales.
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Es más, la misma ministra Pérez había anunciado a mediados del mes de diciembre último que habían detectado un plan de fuga masiva de los miembros del PCC recluidos en dicho reclusorio, comunicaron el caso ante la Fiscalía, efectuaron una requisa el 30 de diciembre y luego bajaron la guardia, no aumentaron la dotación de funcionarios de seguridad, hasta que finalmente ocurrió lo que la ministra dijo que iba a ocurrir.
Uno de los agentes penitenciarios detenidos , al ser consultado cómo no se dieron cuenta de los preparativos de la fuga, comentó enfáticamente, “nosotros tenemos familia”, dejando entrever que si intentaban evitar el escape sus allegados corrían peligro de muerte. Ahora la ministra Pérez aseguró que van a trabajar coordinadamente con la Policía y el Ministerio Público para identificar plenamente a todos los internos de todas las cárceles, principalmente a los miembros de organización criminales brasileñas.
Igualmente, elaborarán protocolos a ser implementados por policías y militares para resguardar las cárceles y evitar otro hecho similar, explicó tras la jornada de trabajo la ministra Pérez.