PEDRO JUAN CABALLERO (Cándido Figueredo Ruiz, de nuestra redaccion regional). Las víctimas fueron identificadas como Sandro Daniel López y Hugo Alberto Ayala Zolabarrieta.
Según el informe policial el hecho fue a las 1:50 en la vereda de la vivienda ubicada sobre las calles Alejo García y Natalicio Talavera del barrio Gral. Díaz de esta ciudad.
A la hora indicada y en el lugar, varias personas se encontraban festejando el cumpleaños de Hugo Alberto Ayala Zolabarrieta.
La fiesta fue interrumpida con la llegada de los dos sicarios, quienes pistolas en manos, iniciaron el tiroteo contra los participantes de la fiesta para luego huir raudamente del lugar.
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Sandro Daniel López, alias “loquiño”, de 42 años, falleció en forma instantánea en el lugar, mientras el cumpleañero Hugo Alberto Ayala Zolabarrieta, de 36 años, fue auxiliado y llevado aún con vida hasta un nosocomio privado en donde falleció, minutos después de ingresar al hospital.
Sicarios se escondieron en el cementerio
Los dos sicarios, en su huida, tuvieron que abandonar la motocicleta a pocos metros del lugar del hecho, debido a que se soltó la cadena del rodado.
Ante esta situación los dos sicarios presurosos, ingresaron en el predio del cementerio local, ubicado en la cercanía de la vivienda donde ocurrió el hecho.
Cuando llegó la policía al lugar, procedió a rodear el campo santo y tras una verificación del interior del cementerio, se comprobó que los sicarios lograron escapar.
Ayala Zolabarrieta, de acuerdo a los datos con que cuenta la policía tiene antecedentes por resistencia y producción de documentos de contenido falso.
Es poco o nada lo que se sabe aún acerca del móvil de este hecho que ocurre a cuatro días del asesinato del periodista Leo Veras.
Pasividad del gobierno central
Casi a diario se registran atentados en Pedro Juan. Todos siguen la misma secuencia: los sicarios huyen, los policías junto con los fiscales inician investigaciones que nunca acaban, por ende, la impunidad sale ganando. A esto se debe agregar la pasividad del gobierno central que ni siquiera esboza un plan para hacer frente al crimen organizado.
