Juicio contra el “zar del microtráfico” en etapa final

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Armando Javier Rotela es esposado por un agente policial, luego del primer día del juicio oral y público que enfrenta por tenencia y comercialización de drogas y asociación criminal.
Armando Javier Rotela es esposado por un agente policial, luego del primer día del juicio oral y público que enfrenta por tenencia y comercialización de drogas y asociación criminal.Archivo, ABC Color

El juicio oral y público para Armando Javier Rotela, conocido como el “zar del microtráfico” y líder del “Clan Rotela”, continuará mañana desde las 11:00 con la última parte de la producción de pruebas documentales.

La audiencia se suspendió el pasado jueves porque el juez Héctor Capurro, quien integra el tribunal junto con sus colegas María Fernanda García de Zúñiga (presidenta del colegiado) y Juan Carlos Zárate, fue diagnosticado con dengue.

La producción de pruebas documentales terminaría mañana y luego el fiscal Ysaac Ferreira presentaría sus alegatos finales. El agente del Ministerio Público ratificará la acusación contra Rotela por tenencia y comercialización de estupefacientes, así como la asociación criminal.

El juicio oral y público se inició el pasado 19 de febrero. La defensa de Rotela planteó varios incidentes, entre ellos la extinción de la acción penal, la nulidad de la acusación fiscal y la nulidad absoluta del proceso, pero todos fueron rechazados por el Tribunal de Sentencia.

Recapturado tras fuga

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El acusado fue detenido por la Policía e imputado en julio de 2011, pero en el 2013 lideró una espectacular fuga masiva de la cárcel de Misiones, acompañado de otros ocho reclusos.

Posteriormente, Rotela continuó operando desde la clandestinidad, hasta que en noviembre de 2016 fue recapturado en Itauguá, junto a otros seis presuntos integrantes de su gavilla dedicada al microtráfico.

Delivery de drogas

A Armando Javier Rotela se le atribuye la introducción del “delivery de drogas” en el Paraguay, además de la creación de un clan que lleva su apellido, mediante el cual trasladó el tráfico de estupefacientes a prácticamente todas las cárceles del país.

El acusado lideraba una banda dedicada a la venta de drogas en el Bañado Sur, en especial a alumnos de los colegios de la zona. Ganó fama mediante sus poco usuales tácticas para traficar drogas en pequeña escala, como la utilización de niños para acercar estupefacientes en lugares más vigilados.