Kelvis Fernando Rodrigues lideraba una estructura criminal dedicada al tráfico de cigarrillos desde el Paraguay a cinco estados del Brasil, para lo cual pagaba importantes sumas de dinero según investigaciones efectuadas por los organismos de seguridad brasileños. Para asegurar las remesas de camionadas del producto, esta red que tenía fuertes vínculos con la organización criminal Primer Comando Capital pagaba jugosos sobornos principalmente a la Policía Militar y a la Policía Rodoviaria Federal del vecino país, según informes de inteligencia.
Rodrigues operaba principalmente desde la ciudad de Salto del Guairá, Canindeyú, donde en julio del 2018 supuestamente ordenó la muerte de otro cigarrillero, que era su principal competencia, Fabio Costa, alias Pingo. Sin embargo, los sicarios contratados para el ataque fallaron y terminaron matando al hijo de Pingo, João Víctor Richena Costa (17).
Finalmente, en la mañana del lunes 15 de octubre del 2018, Rodrigues fue detenido en una majestuosa residencia ubicada en el barrio Virgen de Caacupé de la ciudad de Pedro Juan Caballero y derivado a la penitenciaría regional, a disposición de la Fiscalía.
Sin embargo, la justicia le aplicó al sospechoso el criterio de oportunidad y debía ser expulsado del país para ser entregado a las autoridades brasileñas ya que allá cuenta con antecedentes y está acusado de contrabando de cigarrillos a gran escala, por lo que tenía asegurada una condena de muchos años.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Los abogados de Rodrigues presentaron una y otra vez los pedidos de prisión domiciliaria, que no eran otra cosa que una oportunidad para fugarse, por lo que la justicia nunca le concedió aquella medida.
Al no tener eco en los juzgados, Rodrigues recurrió a lo seguro y consiguió finalmente que las autoridades penitenciarias le permitan internarse en un sanatorio privado de Pedro Juan Caballero, supuestamente por afecciones respiratorias.
El 29 de abril el reo se instaló en una de las habitaciones del sanatorio privado Viva Vida y también pagó otra habitación que sus ocho guardaespaldas iban a usar mientras cuidaban de su seguridad, confirmaron fuentes de la Policía Nacional.
Pero 31 días después, en la tarde del sábado 30 de mayo, dos guardias, que según la Policía Rodrigues pagaba pero que supuestamente eran del centro asistencial, invitaron torta y jugo, que presumiblemente contenían substancia somnífera a los dos guardiacárceles y a un policía asignados a custodia. Los mismos quedaron dormidos y Rodrigues escapó del lugar disfrazado de médico.
Tras el bochornoso hecho fueron detenidos e imputados por liberación de preso los guardiacárceles Amado Martínez López y Édgar Wilfrido Jara, además de los guardias privados, Miguel Ángel Benítez y Julián Guerrero Benegas, el suboficial de Policía Daniel Díaz, que estaba directamente a cargo de la dirección de Policía de Amambay.
Por su parte la ministra de Justicia, Cecilia Pérez, confirmó que se inició una investigación interna para el esclarecimiento de lo ocurrido, pero la secretaria de Estado claramente tiró toda la responsabilidad de lo ocurrido a los guardiacárceles y no sobre las autoridades de la penitenciaría regional.
Este es el segundo hecho más vergonzoso registrado en el sistema penitenciario tras la anunciada fuga de 76 reos registrada el 19 de enero pasado en la misma cárcel. Es más, aquella vez, un mes antes a mediados de diciembre del 2019, la ministra Pérez había denunciado que estaban al tanto de que se estaba gestando una fuga masiva en aquel reclusorio y pese a ello, los internos casi todos del PCC lograron escapar con suma facilidad de esa cárcel.
Algunas versiones señalan que tras abandonar el sanatorio Viva Vida, Rodrigues fue rescatado por un grupo de sus colaboradores, quienes a bordo de un avión lo trasladaron directamente hacia territorio boliviano, donde actualmente se encuentra refugiado, debido a que en su país, si es detenido le espera una larga condena, según explicaron los investigadores.
