Hallan en Katueté los restos de bebé y cuidadora que habían desaparecido

La Policía encontró ayer muertas en una plantación de soja de la jurisdicción de Katueté, a la bebé de 10 meses y a una vecina suya que la cuidaba. Ambas desaparecieron el 9 de enero último. Un mecánico que pretendía retomar su relación con la mujer está detenido como responsable.

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KATUETÉ, Dpto. de Canindeyú (Rosendo Duarte y Alberto Núñez, corresponsales). El macabro hallazgo se produjo ayer de mañana en un sojal situado a cinco kilómetros de la Ruta 10 “Las Residentas”, en el tramo donde se ubica el centro urbano del municipio de Katueté, que a su vez queda a 52 kilómetros de la capital departamental, Salto del Guairá.

Los restos de Mabel Blanca González, de 35 años de edad, y Mía Soledad Mendoza Franco, de 10 meses, fueron hallados por policías de la oficina local de Investigaciones que venían revisando el sector desde hacía 48 horas en ese momento, en compañía de vecinos y agentes de la comisaría jurisdiccional.

Los dos cuerpos estaban desmembrados debido a que máquinas cosechadoras habían pasado encima, seguramente sin que sus operadores se dieran cuenta.

Cadena de eventos

Los investigadores revelaron la cadena de eventos que precedieron a la desaparición de ambas y que derivaron en la tragedia.

Según los datos, los padres de la niña Mía se separaron poco después de que la misma naciera. El padre entonces quedó a cargo de la custodia, de lunes a viernes, y la madre se la llevaba los fines de semana.

Sin embargo, el 5 de enero último, la precaria vivienda que habitaban en Katueté la criatura y su padre, se incendió por completo, en un aparente sabotaje.

Entonces, padre e hija fueron acogidos por una pareja de vecinos, conformada por Mabel Blanca González y su nuevo concubino.

Los demás pobladores de Katueté, al enterarse de la situación de la pequeña y su padre, emprendieron una campaña para reconstruirles su vivienda.

Fue así que el 9 de enero último se llevó el primer lote de ladrillos que se iban a usar en la edificación del nuevo hogar de Mía Soledad.

De hecho, el padre de la niña y el amigo que les estaba dando refugio en su casa fueron a bajar del camión los ladrillos con los demás vecinos. Mientras tanto, la nena quedó circunstancialmente bajo el cuidado de Mabel Blanca González.

Justo durante ese lapso de tiempo, la mujer recibió decenas de llamadas de parte de su expareja, el mecánico Eduardo Villalba Benítez, de 27 años, quien estaba viajando de Puente Kyjhá a Katueté (12 kilómetros de distancia).

Luego de contestar la llamada y de hablar por siete segundos, Mabel Blanca González salió de su casa y, con la criatura en sus brazos, caminó unos 500 metros hasta el punto en el que se habría reunido con Villalba.

Aunque este negó en principio el encuentro con su expareja, la Policía desbarató esa versión del sospechoso al enseñarle el extracto de llamadas, que ubicaban a ambos en el mismo lugar justo en el momento de la desaparición. Aparentemente, el mecánico quería retomar la relación con la mujer y ante su negativa, la habría matado, según las sospechas. La bebé fue una víctima colateral que nada tenía que ver. Villalba está preso desde el 22 de enero.

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