Comparado con los hogares institucionalizados, el sistema residencial permite un crecimiento más sano y un cuidado más cercano y dentro de un ambiente familiar. Al respecto, Armando Portillo Rivarola y Marta Franco de Portillo comentaron su experiencia de ser tutores en una de las casas edificadas dentro del predio de unas 17 hectáreas, que además cuenta con una escuela y colegio, granja y área de deportes. “Tomamos esta responsabilidad como algo muy importante, conscientes de que el niño algún día será un adulto, y para formarlos requiere mucha dedicación y tiempo. “Nuestro trabajo aquí es a toda hora: hay que atenderlos si están enfermos, llevarlos al hospital, o para hacer la tarea, hasta para jugar, y acompañarles en su ciclo de crecimiento, respetando siempre la individualidad de cada chico”, señalaron.
11 de febrero de 2017 - 22:02
Modo residencial, acogida más sana para niños vulnerables
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