De acuerdo con los investigadores, Víctor Hugo García Medina formaba parte de una de las células de la organización criminal brasileña Primer Comando Capital (PCC), que opera en la capital de Amambay. Su trabajo en la estructura criminal consistía en el robo de vehículos tanto en el territorio paraguayo como el brasileño, para luego ser utilizado para el tráfico de drogas, marihuana y cocaína, a más de armas y municiones hacia el vecino país.
Desde fines del 2017, sus actividades fueron descubiertas y seguidas muy de cerca por la Policía del Brasil y agentes de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad). Estos últimos efectuaron cuatro allanamientos simultáneos en la mañana del 16 de enero último en Pedro Juan Caballero para capturarlo. García Medina cayó con un poco de macoña y varios vehículos, por lo que fue imputado por narcotráfico y asociación criminal y remitido a la penitenciaría regional de Pedro Juan Caballero.
La recaptura
En la mañana del martes pasado, el sospechoso era trasladado a bordo de una furgoneta del reclusorio para una audiencia en el Poder Judicial de la ciudad. Pero en el trayecto, supuestamente forzó a patadas el seguro de la puerta del furgón y escapó esposado, y supuestamente una camioneta lo alzó a unas cuadras del lugar.
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Sin embargo, al mediodía de ayer agentes del departamento de Investigación de Hechos Punibles de la ciudad fueron informados de que el fugitivo estaba cómodamente sentado en un copetín ubicado cerca de la línea fronteriza, donde estaba observando el partido entre las selecciones de Brasil y Serbia, por lo que fueron al lugar y efectivamente el dato era certero. Al percatarse de la presencia de los agentes, el sospechoso intentó escapar pero tras una corta persecución fue recapturado.
Pagó para huir
Una vez en dependencias policiales, García Medina confesó que efectivamente pagó para que el único guardiacárcel que lo custodiaba en la mañana del martes lo dejara escapar tranquilamente, luego el sospechoso no brindó más detalles de su cinematográfico escape y se llamó a silencio, señalaron los intervinientes.
Guardiacárcel con antecedente
El guardiacárcel que custodiaba al sospechoso no es otro que Luis César Carballo Amarilla, uno de los cinco funcionarios de la cárcel regional que fueron detenidos y procesados por dar el permiso correspondiente para el asesinato a tiros dentro del reclusorio del sicario Emiliano Rojas Giménez, en enero del 2014.
Este último era el autor de un atentado contra el senador liberal Roberto Ramón Acevedo Quevedo, en abril de 2010. El político se salvó del tiroteo pero murieron su chofer y un custodio.
Aparentemente, el guardiacárcel sorteó los procesos judiciales y recuperó su empleo, informaron.
