Un luchador con alma de campeón

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A su corta edad, Rodrigo Fabrizio Piccardo Cardozo demostró una fortaleza inesperada. A pesar de las dificultades derivadas de la lesión que sufrió tras recibir una bala perdida, él no perdió la alegría de vivir y supo sobreponerse a la adversidad con una energía que muchas veces les falta hasta a aquellos que carecen de discapacidad física.

Sus padres Édgar y Marta nos comentan que Rodrigo concluyó el colegio con excelentes calificaciones y ahora se prepara para seguir la carrera de ingeniería informática.

“Ahora Rodrigo se está preparando para ir a la facultad. Él se fue normalmente a la escuela, al colegio, compartió en forma normal con sus compañeros, todos fueron muy solidarios, estamos muy agradecidos”, contó el padre.

En setiembre pasado, el chico se integró a un equipo de rugby sobre ruedas, la primera disciplina deportiva creada para personas con discapacidad, cuyas prácticas se desarrollan en el polideportivo de la escuela de deportes de las FF.AA.

“El deporte le ayudó mucho, está muy entusiasmado”, comentó su padre. Hace tres meses que Rodrigo empezó a trabajar y ya se propuso una meta: comprar un auto.

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“Ahora que está trabajando dijo: ‘Yo quiero tener para mi auto y yo voy a manejar’”, contó su padre.

“Nosotros tenemos la suerte de que le tenemos a él y encima de que es un chico maravilloso, alegre, que supo sobreponerse a todo; porque él es joven, tiene muchas limitaciones pero no se deja vencer por esas limitaciones, procura. Él es reentusiasta, desde criatura, inclusive a pesar de estar en su situación, él en su silla de ruedas lo mismo jugaba, le daba vueltas. Inclusive tiene planes a futuro”, dijo Édgar. Sin dudas, un luchador con alma de campeón.