El tiene 22 años. Su recorrido por las distintas instituciones evidencia que la vida no le ha sido fácil.
Su encuentro con la música se dio en Don Bosco Róga. A los 11 años, integró la orquesta de Cateura. Luego de una gira en el interior con Sonidos de la Tierra, ganó una beca para estudiar en el IMA y a los 15 años, se recibió como profesor de música.
La música lo llevó a Alemania, Estados Unidos e Italia. En este último país incluso le ofrecieron una beca, que no usufructuó.
A comienzos del año pasado, en medio de la euforia por la contratación de la orquesta de Cateura para una gira en el exterior, el nombre de Jorge Moreno también sonó con fuerza.
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El caso tuvo gran repercusión en los medios de comunicación cuando desde su celda en el penal de Emboscada, el joven deseaba suerte a sus excompañeros, lamentaba no poder acompañarlos y comentaba que su vida en prisión –había ingresado por segunda vez por robo agravado– marcó su reencuentro con el violín, ocasión en que hizo público el sueño secreto de formar una orquesta en el penal.
En diciembre último Moreno salió en libertad. Esperemos que esta vez sea la música la que lo conduzca por mejores caminos.