El operativo retorno se ha iniciado, según informó la Municipalidad de Asunción. Se ha ayudado al traslado de instituciones educativas de Fe y Alegría del Bañado Sur; San Blas, San Cayetano y Virgen de Luján.
Asimismo, unas 50 familias han dejado las plazas ubicadas frente al Congreso y el Cabildo Nacional.
Víctor Hugo Julio, director general de Gestión Riesgos de la Municipalidad, informó que aún quedan unas 150 familias en las plazas citadas. Estimó que a finales de agosto, podrían desocuparla en su totalidad.
Agregó que si bien en varios casos las familias esperan la ayuda de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), otras deciden mudarse por sí mismas, ya que poseen automóviles o pueden pagar alquiler de camiones.
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Durante el operativo, no solo se realiza la mudanza, sino que cuadrillas se encargan de limpiar las casas afectadas por la crecida, las que se muestran llenas de basuras, restos de plantas, etc. Asimismo, se los ayuda reconectar la energía eléctrica y restablecer el agua potable.
También los damnificados se encargan de reconstruir o de reforzar las estructuras de sus viviendas ante eventuales derrumbes. Muchas de las familias cuentan que fueron robadas. La ocupación de la Plaza Juan de Zalazar fue la que causó más polémica, puesto que nunca antes se había permitido. Meses atrás los damnificados habían dicho que ellos mismos arreglarían el lugar, lo dejarían limpio y se ocuparían de volver a colocar las baldosas.
Lejos de cumplir sus promesas, ni siquiera recogieron sus basuras, y decenas de los históricos pisos quedaron destrozados. El nivel del río Paraguay en Asunción se encuentra en 3,28 metros. Había llegado a 7,58 metros afectando a 14.000 familias.
No corrió denuncia por ocupación
El ministro de Cultura, Rubén Capdevilla, se había comprometido a estudiar el estado de la denuncia presentada ante el Ministerio Público por la ocupación de las plazas céntricas por parte de damnificados. Esta fue presentado por la Municipalidad de Asunción, pero hasta la fecha no corrió. Al dilatarse la presentación, se permitió que las familias ocupen el histórico sitio y que lo destrocen por varios meses. La Comuna había prometido la desocupación ante la polémica, pero nunca cumplió.