Eulalia viuda de Roa llevó a su nieto para recibir atención cerca del mediodía, pero llegó la noche, pasadas las 20:00, y aún permanecía en la fila esperando por su turno.
“Hay pocos doctores. Apenas son tres, y dos enfermeras para toda esta gente. Nosotros ya sacamos turno anoche (por el jueves), pero volvimos a la casa por la larga espera. Esta mañana mi nieto amaneció con más fiebre y volvimos ya decididos a esperar la atención, las horas que se requieran. No tenemos alternativa”, dijo la señora Roa.
