Las bajas temperaturas y la precariedad de los puestos de vacunación hicieron pasar un mal rato a personas de la tercera edad que acudieron ayer a vacunarse contra la influenza.
En el Hospital Materno-Infantil de Santísima Trinidad, varios abuelos a quienes se les dificultaba movilizarse, sufrieron en su intento de llegar hasta el puesto de vacuna al cual se accedía por una callecita interna en mal estado. Apoyados en bastones o andadores tuvieron que ir entre las piedras, lo que pudo incluso hacerlos caer.
A esto se sumó la aglomeración y la falta de distanciamiento de dos metros que es recomendada entre las personas.
“Agendamos 100 turnos, pero aparecieron 300 personas. Esto se desbordó. Está saturada la línea, es la verdad. Lamentablemente, no es lo que planeamos, pero estamos intentando dar respuesta”, dijo Marcia Domínguez, encargada del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI).
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Luego apuntó: “Estas personas no lograron entrar, entonces decidieron venir sin tomar en cuenta la cuarentena que estamos manteniendo. Le pedimos paciencia, que esperen y prueben en las siguientes semanas llamar porque venir y encontrarse con esta cantidad de gente es un peligro para ellos”.
Asimismo, Robert Núñez, director de la 18ª Región Sanitaria (Capital), pidió que la gente respete el distanciamiento social y el uso de tapabocas. “Lo que queremos es que la gente se acerque más a sus lugares, en su zona, en su barrio, en el centro de salud familiar que les corresponde, para que no se movilice tanto”, solicitó.
Ellos también procedieron a recibir a gente que no tenía agendamiento, pero aseguró que hubo pocos.
En el sitio las personas tampoco respetaron el distanciamiento y estuvieron ante bajas temperaturas y el viento sur.
