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El acto de toma de posesión de cargo, realizado el domingo, se inició con una procesión de los obispos, sacerdotes y diáconos, que acompañaron al nuevo pastor. Seguidamente ya en la explanada de la catedral el administrador diocesano, Mons. Digno Benítez, dio inicio a la ceremonia encabezada por el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela.
El arzobispo preguntó si tenían el mandato del papa Francisco y pidió su lectura, en presencia del nuncio apostólico, Mons. Eliseo Ariotti. Acto seguido Valenzuela le hizo la entrega del báculo a Mons. Joaquín Robledo, símbolo del pastor.
Ya durante su primera homilía Robledo Romero, que el próximo 26 de abril cumplirá 65 años, dijo que la fe en Jesús como el mesías se fundamenta en el bautismo y los demás sacramentos y en la experiencia de aquellos primeros cristianos y discípulos del Cristo resucitado. Sin embargo, aclaró que la predicación de Jesús fundamentalmente era el anuncio del Reino de Dios, ya que él nunca se atribuyó el nombre de Mesías.
El prelado afirmó que fue Pedro quien lo llamó mesías, y recordó que la fe cristiana tiene su fundamento en Jesucristo que es el centro de nuestra vida cristiana. Al respecto pidió reflexionar e instó a practicar la coherencia entre fe y obras.
Manifestó que Jesús tenía la esperanza en la liberación de su pueblo, porque estaba oprimido, maltratado y humillado por los mandamases de turno. Destacó que justamente su actitud hizo de él un auténtico mesías y “que sus seguidores debemos llevar adelante proclamando la soberanía del Dios en nuestra vida y rompiendo las ataduras del pecado”.
Llamar a Cristo mesías es decir que es el centro de nuestra fe, de todo lo que decimos y hacemos, y para él lo más importante es el ser humano, el hombre y la mujer.
Puso de ejemplo a varios santos, además de Chiquitunga y San Lorenzo, quien murió martirizado porque presentó al emperador de aquel tiempo a los pobres como los tesoros de la Iglesia. Dijo que no debemos temer a la verdad, como el santo que por decirla, perdió hasta su vida.