El melancólico pitar de los aparatosos vehículos que generaban intensos movimientos de máquinas y hombres, a lo largo de las vías paraguayas, es hoy parte de los recuerdos. Parte de una historia de avances tecnológicos y de prosperidad de una época olvidada que perdura en una serie de objetos que se guardan en el Museo Histórico Ferroviario, instalado en la Estación Central de Asunción.
El propio edificio, uno de los emblemáticos de la capital paraguaya, es un atractivo patrimonio arquitectónico digno de ser admirado. En el sector de acceso se aprecian un gran espejo y un enorme estante de madera que contiene documentos y voluminosos libros técnicos y de contabilidad. Sobresalen estos muebles por llevar tallados las iniciales FCCP (Ferro Carril Central del Paraguay). En una vitrina se exhiben los planos originales de las vías, desde Asunción hasta el Ferry Boat de Encarnación, hechos sobre tela y cartulina. En el mismo lugar se ve una artística caja fuerte de hierro a prueba de fuego que se fabricó en Londres (Inglaterra) especialmente para el FCCP y un par de catálogos fotográficos de las locomotoras y vagones diseñados para el Paraguay. Hay, además, relojes de pared retirados de las distintas estaciones del interior y faroles de iluminación. Se aprecia, también, el fichero del personal, boletos de pasajes, números de hierro marcadores de kilometrajes y un reloj marcador y fichero de entrada y salida de los obreros.
En un segundo espacio hay una serie de teléfonos a magneto, tiqueadoras, telégrafos, cajas fuerte de hierro y pinzas para fundición de hierro.
Al seguir el recorrido se accede a otro salón que contiene un estante donde se ubican porrones de cerámica inglesa que se utilizaban para transportar combustibles y alquitrán. Están algunas campanas de bronce que servían para anunciar la llegada y partida de los trenes, hay máquinas de escribir y en una vitrina se expone un lote de cerraduras de toilette, chapitas numeradoras de asientos y accesorios para colgar sombreros y sacos. Otra vitrina saca a la vista una secuencia de fotografías de diferentes estaciones y trenes. Hay un tablero de mármol para fusibles y llaves eléctricas, herramientas para que los trenes puedan realizar cambios de vías, faroles a querosén de locomotoras. En un pasillo se observan básculas inglesas y artefactos de gran porte. En una salita pequeña se presenta un juego de silla y sillón del vagón presidencial del año 1910, asientos simples de segunda Clase y asientos de Primera Clase.
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El acervo está conformado por objetos y mobiliarios que estaban en las diferentes estaciones situadas a lo largo de las vías, hasta la decadencia del tren en los años 90. Fueron retirados por las autoridades de Ferrocarriles del Paraguay SA (Fepasa), a principios del año 2000. Por falta de cuidados adecuados, la colección sufrió la desaparición de incontables piezas. Aún así, una visita al Museo Ferroviario permite revivir el encanto de aquellos viajes de tiempos idos.
Obra de ingleses ordenada por Carlos Antonio López
El acontecimiento más significativo para el Paraguay del siglo XIX fue la construcción de la línea ferroviaria entre Asunción y Paraguarí, que comenzó en 1856, bajo la presidencia de don Carlos Antonio López. Dirigieron las obras los ingenieros ingleses George Paddison, George Thompson, Evil D. Percy Burrel y Henry Valpy, de acuerdo a instrucciones del ingeniero John Whitehead. El primer tren urbano corrió el 14 de junio de 1861, entre el Puerto y la plaza San Francisco (hoy, plaza Uruguaya) para el acarreo de los materiales.
Proyecto para puesta en valor
El Museo Histórico Ferroviario de Asunción queda sobre la calle Eligio Ayala entre México y Paraguarí. Se abre al público de lunes a viernes, de 08:00 a 16:00 y sábados y domingos, de 09:00 a 13:00. El ingreso cuesta 5.000 guaraníes para nacionales y extranjeros residentes en el país; 2.000 para estudiantes y 10.000 para turistas.
El local presenta un aspecto de abandono. Un banco de plaza tiene proyectos de financiar la puesta en valor del acervo, que sufre constantes robos de piezas.
yubi@abc.com.py
Fotos: ABC/Arsenio Acuña
